María de los Ángeles Santana y Carmen Amaya

ID Colección: 2769
Formato: Fotografía
País origen: España
Año: 1951
Featuring:
Carmen Amaya - Bailarina(s)
María de los Ángeles Santana - Actriz, Vedette(s)
Descripción:

Antes de esta foto, la genial Carmen Amaya había estado al menos dos veces en Cuba. La primera vez fue en 1939 cuando actúa con éxito espectacular en el teatro Nacional en La Habana, donde filma el asombroso corto El embrujo del fandango, dirigido por Jean Angelo y del que es protagonista absoluta. Luego volvió a la capital cubana ocho años después, a finales de 1946 cuando ya había arrebatado al público de Estados Unidos y hasta se había presentado en el Carnegie Hall junto a Sabicas y Antonio de Triana, cuando ese coliseo se reservaba únicamente a los artistas de gran prestigio en el mundo de la música sinfónica, ballet clásica y el bel canto. Ya Carmen Amaya había conquistado aplausos y admiraciones por todas partes, desde el músico Arturo Toscanini hasta el Presidente norteamericano Franklin D. Roosvelt.

María de los Ángeles Santana, al momento de esta foto, ya había debutado en Madrid con mucha repercusión el 9 de febrero de 1950, y su elogiada actuación en la revista ¡Tentación!, de Antonio y Manuel Paso con música de Daniel Montorio, la convierte en la gran diva cubana de los escenarios españoles. En Cuba ya lo era desde que Ernesto Lecuona la descubre y la suma a sus famosos conciertos de música cubana. Son los años en que la Santana inicia también su paso por el cine en los filmes El romance del palmar – su debut cinematográfico- Sucedió en La Habana, Mi tía de América, Estampas habaneras y Cancionero cubano. Trabaja siete años en México con Eliseo Grenet y su compañía, gira por Suramérica y hace importantes temporadas en la radio y el teatro en Cuba, afianzando su condición de actriz y vedette. España fue el país de sus grandes éxitos: ¡Tentación! alcanzó las 2874 presentaciones; las revistas Eres un sol y Conquístame tuvieron similar suerte y llevó a la Santana a recorrer diversas ciudades españolas durante los tres años que permaneció en la Península.

Los estilos artísticos de Carmen Amaya y de María de los Ángeles Santana eran diferentes, el impacto y estatura artística de cada una sobre el escenario, también: una era puro empirismo de raíz, energía sin igual y genio innato; la otra, también talento, carisma personal y arte cultivado y fruto de estudios, pero la convincente entrega de ambas, cada una en lo suyo, las distingue como divas latinas de la escena teatral. (RM)