Algunos críticos dijeron: “¡Esto no es música!”. Sin embargo, en el fondo de aquellos sonidos estaban los gritos de los predicadores de los spirituals, el blues poético pero quejumbroso de Ma Rainey y Johnny Dodds, el sentimiento colectivo de las bandas de jazz de Nueva Orleans, los vuelos fantásticos de Charlie Parker y la obstinación del Hard Bop.
Algunos críticos dijeron: “¡Esto no es música!”. Sin embargo, en el fondo de aquellos sonidos estaban los gritos de los predicadores de los spirituals, el blues poético pero quejumbroso de Ma Rainey y Johnny Dodds, el sentimiento colectivo de las bandas de jazz de Nueva Orleans, los vuelos fantásticos de Charlie Parker y la obstinación del Hard Bop.
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