En algún caso, hay detrás patrañas muy elaboradas para justificar caprichos como el del quimérico Jeremy Taylor, que toca temas de Miles Davis en reggae. También hay provocaciones, como las versiones deshuesadas de éxitos pop realizadas por esos subversivos de Nueva York llamados Sex Mob.
Cosas de la deslocalización. Aquí suena música que nadie diría que viene de Praga, Helsinki o Hawai. Ah perdón, borren ese último lugar: a pesar de las referencias hawaianas, lo de Big Kahuna tiene origen californiano.
El programa contiene sorpresas. Sorpresas agradables, como Björk atacando con picardía un tema mexicano. Sorpresas lamentables: el gran Willie Colón firmando como propia una canción plagiada ¡de Radio Futura!
También se incluyen discos que salen de la zona de confort de sus intérpretes: el policíaco Andy Summers tocando una de las juguetonas composiciones de Thelonius Monk, el nigeriano Tony Allen reencarnándose en el baterista Art Blakey. Sean bienvenidos a la era de las identidades flexibles.
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