La historia de la música de este filme mítico comienza en 1972 cuando el director italiano Bernardo Bertolucci ya rodaba esta cinta centrada en una relación erótica para la cual necesitaba una carga musical profunda. El cineasta pensó en Gato Barbieri un saxofonista de jazz con quien había trabajado en el filme político Antes de la Revolución en 1964. Bertolucci lo invitó a un momento del rodaje en el que los dos protagonistas (Marlon Brando y Maria Schneider) bailan un tango que desencadena un ritual de abandono, deseo, atracción y regreso a la danza. Todo un tango en Paris. Gato acepta, pero como su experiencia estaba más en el jazz que en el tango, propone a Astor Piazzolla para hacer los arreglos. Pero la idea no fructifica y es el gran Oliver Nelson el encargado. Con el paso del tiempo el tema central de la película se convertiría en un clásico del siglo XX.