American Utopia es el primer disco en solitario en catorce años del juglar de la alienación contemporánea y la constante alerta roja mental. Tienes que pellizcarte y creer que las canciones —sí, el número es el único que las matemáticas admiten en casos preceptivo-religiosos: diez, un decálogo de mandamientos— fueron, como asegura Byrne, escritas en vísperas de la osadía que la facción ganadora de los electores de los EE UU cometió: entregar las riendas al más loco de la carreta. Es decir, además de fino comentarista, Byrne es también un profeta.
Tres ejemplos del paisaje de letanías de pista de circo que dibujan las letras de American Utopia sobre un oscilante electro funk montado sobre las bases rítmicas del infalible Brian Eno:
1. Somos perros en nuestro propio paraíso, en un parque temático propio / Bailarinas que cumplen con su deber, perritos soñando todo el día.
2. Una cucaracha puede comerse a la Mona Lisa / El Papa le importa una mierda a un perro / Los elefantes no leen los diarios / El beso de un pollo es caliente / Y la polla de un burro también / ¿Qué se siente siendo una mosca en el bosque del amor? / Cada día es un milagro / Cada día es un recibo impagado.
3. Solamente somos turistas en esta vida / Solo turistas, pero el panorama es hermoso.
Ante las actuaciones de Byrne en España tras un clamoroso triunfo en otros países de Europa, la playlist incluye todas las canciones del nuevo disco, uno de los más intensos en lo que va de año.
Intercaladas aparecen variadas piezas de cuatro décadas de carrera como líder de los Talking Heads; promotor de discos de muchos rincones de planeta —aunque siempre con condiciones preventivas (“no creo en la world music, se ha convertido en canciones exóticas para que los restaurates facturen más”)— y colaborador de cualquier proyecto inteligente y abrasivo. Aquí aparecen, entre otros, Marisa Monte, Celia Cruz, Fatboy Slim, Caetano Veloso y Selena.
Inicia sesión con tu usuario Gladyspalmera o con una de tus redes sociales para dejar tu comentario.
Iniciar sesión