Efraín Rozas juega su propia liga, con sus reglas del juego al margen de tendencias y esquivando etiquetas. Se mueve siempre hacia el futuro, con su portentoso quinteto, en un nuevo terreno cercano sin embargo al espíritu eléctrico de Miles Davis y las fases experimentales y exploratorias de Eddie Palmieri. En este nuevo álbum la vanguardia y el atrevimiento se hilvanan con los dedos, desde la electricidad de las guitarras amplificadas y los pianos tipo Fender Rhodes y las bases rítmicas de timbales y congas. Un triunfo en sí mismo. Esto no es nueva música latina. Es nueva música.