En 1944 un robusto trompetista negro llegó a tocar con un pequeño conjunto que habían armado los reconocidísimos músicos Dizzy Gillespie y Charlie Parker. Sonreía y le brillaban los ojos, pues estaba seguro de estar en la cresta de la ola, en el sitial de mayor privilegio de la música. Y por supuesto, no se equivocaba. Lo primero que un adolescente hace en esos casos es seguir los consejos que se le dan. Y tanto Dizzy como Charlie se los ofrecieron. El primero le dijo: "Aprende a tocar el piano, que ya encontrarás unos son suficientemente estrambóticos". El segundo le insinuó: "Aprende todo lo que puedas sobre la música. Aprende todo lo que puedas sobre tu instrumento. Luego olvida lo que aprendiste sobre la música y el instrumento y toca lo que te salga del alma". Hoy hablamos de ese joven trompetista y de lo que hizo hoy hablamos de Miles Davies en Tanga.