Sin embargo, y ya sea como ejercicio de futurología pop, o de performance sonora que sirva como huida hacia adelante hacia un terreno aún desconocido pero igual de estrellado; LOUTA ha decidido presentar en plena cuarentena “2030”, un tercer álbum que cuenta con la producción general del puertorriqueño Eduardo Cabra (el Visitante de Calle 13), y producciones puntuales asociadas de Alizzz (aliado habitual de C. Tangana) y Nico Cotton, Mauro De Tommasso y OroDembow (los grandes alquimistas de las producciones del nuevo pop argentino: de Duki a Nicki Nicole, Juan Ingaramo, j mena o WOS, entre otros).
De ahí que este álbum suene como una suerte de espacio imaginado. Un espacio que se mueve entre el apocalipsis y el sarcasmo, entre el teatro del absurdo y el pop de museo, entre el hit de radiofórmula posmoderna y la música alternativa que resignifica códigos mainstream. Ese es el juego que impone el argentino Jaime Martín James en diez nueves canciones escritas literal y metafóricamente en mayúsculas: un viaje a los confines de un nuevo pop tan freak y ciclotímico como popular y accesible.
Viaja por la melancolía de las posibilidades baladistas del pop urbano (“NO ME ESTÁS HACIENDO UN FAVOR” o “POCO”), explora cadencias indietrónicas en el reggaetón (“AMAME”), juega con las fábulas más freak y enfermitas de las texturas agrietadas del rap-pop (“WAISI”, “EN LOOP” y “MARZO ACÁ”), se acerca al reggae de dormitorio (“MEDIA HORA”), utiliza soniquetes del soul-rock para acercarse al hip-hop 90s (“PONGO LO QUE FALTA”), busca un camino similar al de su luminoso hit “AYER TE VI” (“ALTO VISTO”) y hasta compone un himno para su país que busca romper las venas abiertas de la grieta sociopolítica (“ARGENTINA”).
Como él mismo decide acabar el disco: “baila, baila, baila, llegó la revolución: llegó tu revolución”. A ver si es cierto.
Alan Queipo
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