Ahora regresa con un álbum ambicioso, donde tritura junto al veterano productor de Bristol Jack Kingslake todas esas influencias: su herencia portuguesa guía gran parte del disco desde la introducción con ‘Saudade’, las cadencias jamaicanas se cuelan como base de sus rapeados en temas como ‘Shine Bright’ y su apuesta por ese r&b sofisticado (un sonido muy presente entre la juventud británica) se concentra en ‘Life is Not a Crime’ mientras en ‘Mountains of Metal’ demuestra su versatilidad a través de las atmósferas del jazz y hasta la bossa nova.
Tiawa es sólo una de tantas artistas fruto de la migración desde el sur que está comenzando a despuntar en la pujante escena alternativa británica. A base de talento y canciones redondas ya es una de las más prometedoras. Hasta dónde podrá llegar sólo el tiempo lo dirá.
José Fajardo
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