El narcotráfico ha cambiado mucho con el paso de los años. De aquellos doble-fondo de maletas en vuelos comerciales se pasó a islas propias, flotas de aviones y submarinos. Pero también de aquel tiempo de opio y heroína se pasó a la marihuana y a la cocaína, que reinó durante décadas hasta estos nuevos tiempos de fentanilo y metanfetaminas. Los opiáceos sintéticos campan a sus anchas en un mundo donde el delito es global y los ciber-delincuentes van más rápido que las ciber-defensas y controles aduaneros. Y por mucho que se hagan redadas, detenciones y fumigaciones, esas nuevas drogas pululan en todos los países. ¿Porqué? Porque el principal productor está oculto y a la vista de todos al mismo tiempo. Es la Nación Wa, enclavada en el llamado Triangulo Dorado, territorio Myanmar (Birmania) junto a Tailandia, China y Laos, en el centro de una cultura altamente musical. Un país entero dedicado a alimentar el tráfico de los cárteles. Una historia increíble que pone punto final a este ciclo de podcasts titulados "Mafia: la música de la Mala Vita".