Algunos ejemplos de esos primeros días en donde se adaptaban clásicos del funk y el soul, son el caso de los mallorquines Beta Quartet y los valencianos Adam Grup, con sendas versiones de James Brown o por su lado Los Gatos Negros con el clásico de Wilson Picket titulado para la ocasión La Tierra de las Mil Danzas. En 1968 el género experimentó una de sus edades de oro con artistas como Augusto Algueró, que se acercó al soul con magistrales ejemplos como Boccaio Soul, incluído en la banda sonora de la película Tuset Street o sobretodo Canarios, el grupo de Teddy Bautista y su hit Get On Your Knees que traspasó fronteras, éxito internacional que repetiría la formación de Fernando Arbex, Barrabás con su Wild Safari y el grupo de Phil Trim, Pop Tops, con su famoso Mamy Blue.
Un año después seguimos encontrando joyas como los singles de Los Ros o Los Buenos, que actualmente son buscadas por coleccionistas y DJs de todo el mundo, así como aires funk que se contagiaron en vinilos, como el ejemplo del 45 rpm del misterioso grupo The Brothers, formado por músicos de paso por nuestro país y su Funky Paella; pioneros como Los Pekenikes con Tabasco; curiosidades como Conexión, el grupo liderado por un entonces desconocido Luis Cobos; o el único trabajo de funk y soul firmado por Tony Ronald con su proyecto T.R. Selección, versionando a los Kool & The Gang. Llegando a la mitad de la década, la música disco, el sonido Philadelphia y la fusión con el jazz empezaba a dejar huella, y grandes artistas como Juan Carlos Calderón, Pedro Ruy Blas, Bruno Lomas o Paloma San Basilio se dejaron seducir por el groove más avanzando, en lo que sería la puerta a toda una revolución que vendría después y en donde los elementos y sonoridades autóctonas se mezclarían con los sonidos afroamericanos, que descubriremos en próximos capítulos.
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