Nina Simone: Suave como un capuchino, intensa como un espresso
Brillante, radical, mujer y negra. Cuatro adjetivos que hicieron de Nina Simone la que fue.
Se llamó así para esconderse de su madre y por adorar a Simone Signoret. Esos adjetivos eran una losa, que la llevan a huir y exiliarse a Liberia en 1968.
Al igual que con muchos artistas especialmente dotados, el éxito profesional de Simone parecía amplificar la inseguridad y la inestabilidad emocional, poniéndola en una colisión constante consigo misma y con los demás.
El documental What happened, Miss Simone? presentado con gran éxito en Sundance, nos sumerge a través de testimonios, archivos musicales y entrevistas en la vida de la cantante dibujada con sus luces y sus sombras. El combate de una mujer que luchó por la libertad de su arte y su música y su identidad como afroamericana. El conflicto íntimo de una creadora que tuvo que hacer frente a sus propias contradicciones, como estrella y como artista comprometida.
La colaboración familiar ayuda a dibujar el retrato de Simone, una figura poliédrica y difícil de definir: virtuosa del piano, estrella popular de voz cavernosa, cómoda en cualquier estilo –del jazz al gospel–, activista implacable por los derechos de los negros, dulce y furiosa, electrizante y arrulladora.
El documental toma el título de la escritora negra Maya Angelou, que se preguntaba que pasó en la vida de Nina, para que se exiliara a África dejando su casa, su familia y su carrera.
Ese año habían estallado los conflictos raciales tras el asesinato de Martin Luther en 1968. Simone se alineará con las posiciones más radicales, un compromiso que como la propia cantante señalará en su biografía. El documental muestra cómo Simone pasó de ser una cantante de jazz a convertirse en un pilar del movimiento activista por los derechos civiles, que la llevó a encontrarse con sus demonios más oscuros, con la ira y el resentimiento.
Es una vida es una historia de amor y furia. Con un marido que comienza amándola y termina golpeándola, con una carrera frustrante porque en realidad ella había nacido para ser pianista clásica, y con un carácter con subidas y bajadas que más bien parecía montada en un toro de rodeo.
Nina nos muestra el ‘enigma Simone’, la fuerza misteriosa de una mujer que acabó canalizando y al mismo tiempo, subvirtiendo todos los géneros y estilos: clásico, góspel, jazz, rhythm and blues, pop, folk o protest song.
Su hija en el documental aclara “la gente pensaba que se convertía en Nina Simone cuando se subía al escenario. Mi madre era Nina Simone 24horas los 7 días y ahí es donde se convirtió en un problema”. Era una contradicción entre la electricidad suave con la que fraseaba sus canciones y la violencia que mostraba en ocasiones en el escenario o con su hija, a la que sometía sin piedad.
Pianista virtuosa e intérprete asombrosa, Nina Simone realiza junto a su marido y mánager, Andrew Stroud (un antiguo policía de Broonklyn con el que vivió una tomentosa relación de amor-odio), una carrera en un primer momento regida por las reglas del show bussines tradicional que más tarde se transformaría en una búsqueda, nunca concluida, de su propia construcción como mujer y artista en libertad.
En África llegó a sentirse con toda la libertad que su cuerpo y cabeza reclamaban, pero allí no podía sobrevivir, así que tuvo que volver a Europa para cantar primero en un mal club parisino y más tarde ayudada por sus amigos en Suiza, aceptar que su carácter no era sino una enfermedad. A principios de los años 90 se le diagnostica trastorno bipolar y su nombre aparece en las páginas de sucesos cuando dispara a dos jóvenes a los que acusa de molestarla mientras descansaba en su jardín. Un anuncio publicitario con una de sus canciones la vuelve a poner en los escenarios.
Sus versiones de temas como Ne me quitte pas o My way han pasado a la historia como más conmovedoras del cancionero del siglo XX.
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Brillante, radical, mujer y negra. Cuatro adjetivos…. Mujer no es un adjetivo