Recopilo música del piso, llena de polvo y muchas veces con las portadas desechas o sin ellas, sonidos de expresiones del mundo, porque allí hay de todo lo que uno pueda imaginar y es incluso uno de mis hobbies favoritos: chacharear. Pienso en los tiangüis como un vórtex del tiempo dónde los objetos viajan y se transforman, así que puedo coleccionar desde el quiebre contemporáneo e ir a contracorriente del coleccionismo purista, consiguiendo discos 10 a 100 pesos mexicanos. En el tiangüis podemos encontrar una gran diversidad de sonoridades: desde los azotados típicos mexicanos, que hay bastantes, como Rocio Durcal, Juan Gabriel o Lupita D’Alessio, hasta Elvis Presley, Donna Summer o Bob Marley, entre otros, en distintas ediciones y condiciones. Pero buscando también se puede encontrar música clásica, rusa, en órgano, flauta y, a veces, audio-libros (aunque normalmente en peores condiciones) y piratería que, me parece, es lo que menos se encuentra. Para hallar lo que buscamos hay que ir con la disposición de rascar entre el polvo de millones de objetos rescatados entre cientos de personas, y uno que otro pulque para llegar a nuevos instrumentos de ritual (discos).
Lo que van a escuchar y tal vez a bailar, si se dejan llevar, es música que contagia amor, incluso cuando hablan de dolor; géneros y temas que abren la pista hacia nuevas expresiones corporales, el baile como la mayor expresión de los cuerpos, de disidencias refugiadas en la pista de baile, luz neón y discoballs, de la lucha de pueblos en resistencia desde la música y la libertad.
TE RRA CO TA, del colectivo Mujeres Vinileras, es artista multidisciplinaria y activista originaria de Nezahualcóyotl. Los géneros que más le gusta tocar son la música disco, experimental y electrónica, así como aquellos que la hagan bailar. También forma parte del sello Silencio EP!, proyecto de noise e industrial análogo-digital en la Ciudad de México.
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