De todas las felinas rumberas que agitaron sus caderas al ritmo de los tambores en las cintas musicales de la edad de oro del cine mexicano, Yolanda Montes aka Tongolele fue y es sin duda la más exótica de todas. No solo por su mechón plateado y sus ojos transparentes y atigrados, sino que no era ni cubana ni mexicana. Ni siquiera era de Hawaii o de Tahití como se escribió. Había nacido en Spokane, una ciudad mediana del Norte de Estados Unidos. Pero era más “caliente, caliente” que un volcán. Y es el título que escuchamos, de su único disco que grabó en 1966
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Tags:
Gemas, Colección, Joya, Gladys Palmera, Tongolele, Caliente Caliente
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