A sus 62 años, reside en Nueva York y tanto su poesía como su performance es sumamente valorada a nivel internacional. Ella se atrevió a escribir lo que nadie decía. Se atrevió a hablar de política, erotismo y chamanismo en una misma frase. Se atrevió a viajar sola por el mundo y a vivir inseparablemente con su arte.
En situaciones de suma precariedad estudió en Londres y vivió en Colombia. Rescata el imaginario indígena en sus performances y se relaciona con el trance y lo ritual desde una voz brutal.
Se podría decir que es una de las pocas artistas en el presente que trabajan desde una verdad rotunda y devastadora. En Diario Nocturno queremos acercarnos a su poder y entender cómo se cruza el cóndor y el erotismo y hacer un poco de justicia ante una de las artistas más grandes y trascendentes de nuestro tiempo y que Chile aún no sabe reconocer.
Su obra se ha presentado en Whitechapel Art Gallery, Londres; Bienal de Sydney, Australia; y el MoMa, Nueva York, en instalaciones de gran escala. Sus libros más recientes son El Zen Surado (2013), Chanccani Quipu, (2012) y Spit Temple: The Selected Performances of Cecilia Vicuña (2012). Ha recibido el título honorífico de Messenger Lecturer 2015 de Cornell University en Nueva York.
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