La obra musical de Francisca Valenzuela tiene una base poética -que ya desde pequeñita ha cultivado- y una envolvente moderna, rompedora. La suya es una trayectoria brillante y esa determinación la comparte con la propia Camila, dueñas y señoras de su arte y de la evolución de sus meteóricas carreras. Hablan durante más de una hora de su condición de mujer en el mundo artístico y de lo inmaterial o terapéutico de la mujer como artista.
Además, Uterina esta semana ha emprendido una investigación sobre las pomadas vaginales afrodisíacas que usaban las mujeres en la Edad Media y que provocaban viajes astrales. Este imaginario dio lugar al mito de la mujer bruja que sobrevolaba en su escoba. Esta imagen se forma en la cabeza de Camila a partir del último disco de Francisca, Tajo Abierto, un álbum donde el cuerpo femenino es el principal protagonista. Y, sin quererlo, se convierte en el epicentro de la charla: la masturbación femenina, ese oscuro misterio de la mujer.
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