Si San Juan lo tiene, San Juan te lo da
Fervor y tambor unidos en una sola fiesta. San Juan simboliza la llegada del verano, y en Barlovento, Venezuela, la tradición, la lluvia y la música.
“Las prácticas y conocimientos culturales vinculados al ciclo de celebraciones en honor de San Juan Bautista en Venezuela datan del siglo XVIII, y se originaron en las comunidades afrovenezolanas esclavizadas en los dominios coloniales españoles de aquella época. Aunque esas celebraciones tuvieron en sus principios una marcada influencia del catolicismo, también se caracterizaron por la presencia de numerosas expresiones culturales de índole verbal, musical y física, vinculadas al África Subsahariana. Los adeptos a este ciclo festivo, los sanjuaneros, lo consideran un símbolo de resistencia cultural y de libertad y un medio para evocar la memoria de sus antepasados esclavizados.
“En muchas comunidades el ciclo festivo da comienzo a principios del mes de mayo. Sus celebraciones jubilosas comprenden repiques de tambores, bailes, narraciones, y procesiones religiosas con la estatua de San Juan Bautista. Cada comunidad cuenta con repertorios propios de cantos y bailes. Las fechas de celebración del ciclo festivo varían de una región a otra, pero los días más señalados son el 23 y el 24 de junio. En la primera de estas fechas, los miembros de las parrandas y cofradías de sanjuaneros se reúnen entre sí para estrechar sus lazos de solidaridad y amistad, y luego visitan las iglesias y la “Casa de San Juan” donde se custodia la imagen del santo. Al día siguiente, transportan la imagen a los ríos de sus respectivas comunidades para su inmersión en las aguas, conmemorando así el acontecimiento del bautismo de Jesús por San Juan en el Jordán, relatado en el Evangelio. Muchos fieles acuden también a los ríos para obtener la bendición del santo.
“Aunque la fecha final del ciclo es variable, en la mayoría de los sitios se dan por terminados los festejos el 16 de julio. Las prácticas y conocimientos relacionados con este elemento del patrimonio cultural inmaterial se transmiten en el seno de las familias, por intermedio de los grupos comunitarios y en las escuelas”.
Ante la Unesco se consignó este escrito y este audiovisual.
El día 23 las calles de los pueblos se adornan con coloridos altares en honor a San Juan; quien es recibido con repiques de tambores el 24 de junio mientras entonan el verso ¡San Juan to’ lo tiene! ¡San Juan to’ lo da!… Los actos inician con una solemne misa ante la imagen de San Juan, seguida con procesión; la algarabía inunda los pueblos al ritmo de los tambores, mientras los participantes agitan pañuelos rojos.
Al final del día el Santo es regresado a la iglesia o a la casa que lo resguarda según sea el caso y continúa la celebración hasta el amanecer del 25, ese día es de tristeza pues se han despedido de su protector; la fiesta se extiende hasta el 26 en muchas localidades con El robo del Santo: la imagen es sacada del templo, o la casa y se devuelve en la noche.
San Juan
En diversas confesiones religiosas es venerado. Todos los cristianos le tienen fervor, y en el Islam es considerado uno de los grandes profetas. La iglesia Católica, la Ortodoxa, la Anglicana, la Luterana y muchas más lo hacen suyo.
Fue hijo de Zacarías, un sacerdote, y de Isabel, prima de María la Virgen, madre de Jesús, según uno de los evangelistas.
Sus padres estaban ancianos y su nacimiento le fue anunciado a Zacarías por Gabriel, el Arcángel, y como el viejo sacerdote Zacarías dudó de tal anuncio Gabriel lo dejaría mudo hasta que naciera la criatura. También se dice que cuando Juan nació, su anciano padre ordenó encender una gran hoguera para anunciar ese nacimiento. (Esta tradición de llamas se mantiene en España) Y dice el evangelista que cuando María visitó a su prima Isabel, el niño de la anciana daba saltos en el vientre materno.
¿Coincidencias? Ambos nacimientos fueron anunciados por el Arcángel Gabriel.
Juan, hijo de Zacarías e Isabel tiene como fecha de nacimiento el 24 de junio del año I A.C. Jesús, el de Nazareth, hijo de María y José tiene como fecha de nacimiento otro 24, el de diciembre, exactamente seis meses después.
Y como para que no queden dudas son ellos los únicos a los que la Iglesia Católica celebra el natalicio. 24 de junio nace Juan, El Bautista, y 24 de diciembre nace Jesús, el de Nazareth. Ambos en solsticio. Ambos murieron martirizados. Juan es considerado el último profeta del llamado Antiguo Testamento.
Es patrono de muchos sitios, provincias, municipios y pueblos, de muchas ciudades y hasta de países como Jordania y Puerto Rico. En el escudo de Puerto Rico se lee: Joannes Est Nomen Eius (Juan es su nombre).
El día 23 de junio se encienden hogueras en las plazas y las playas de los pueblos de países de Europa para celebrar la llegada del verano, porque para algunos estudiosos la fiesta de San Juan es en realidad la cristianización del Solsticio de Verano. La Iglesia Católica asimiló la tradición y la adaptó a su calendario. Algo nada nuevo.
En Europa esta festividad está especialmente arraigada en Inglaterra, Irlanda, Portugal, Noruega, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Estonia y muy especialmente en España.
En América Latina San Juan se celebra en Argentina, Brasil, Bolivia, Cuba, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, Puerto Rico y Venezuela.
En Venezuela
Siendo España uno de los países donde más se venera a San Juan El Bautista, bien pudo llegar a la Abya Yala de la mano de los religiosos o con los mismos conquistadores, dados a las fiestas patronales, abundantes cuando se trata de Juan en el país hispánico.
No sólo es venerado por los afrovenezolanos y en la costa. Existen fiestas en su honor en algunos pueblos no costeros, como Altagracia de Orituco o San Juan de los Morros, donde además existe el inmenso monumento (20 metros de altura) a San Juan Bautista conocido como el “Sanjuanote”, creación del afamado escultor Alejandro Colina.
En el centro occidental estado Lara también se le celebra en poblaciones como Duaca al igual que en poblados del oriental estado Sucre interiorano, como Yaguaraparo. En Nueva Esparta, estado insular, existe un hermoso valle y pueblo con su nombre: San Juan Bautista. Es de hacer notar que en algunos lugares venezolanos no se guarda la línea rítmica que caracteriza a los festejos costeros, sino que los pueblos lo cantan y bailan a sus maneras, con los instrumentos usuales. En las poblaciones costeras solo los tambores y en algunas zonas las maracas marcan la alegría y el compromiso de los devotos.
Albergues y rituales
Tanto en los toques y cantos a Juan El Bautista como en su ritual de albergue o residencia se tienen diversos matices. Hay poblaciones donde San Juan es guardado en la Iglesia del pueblo, y hay poblaciones donde San Juan es custodiado y cuidado por una familia. Las dos formas conllevan rituales diferentes.
En los pueblos venezolanos con costa marina San Juan es llevado al mar. En los poblados donde hay ríos San Juan es llevado allí. Se trata de rememorar y cumplir de alguna manera el pasaje bíblico del bautizo de Jesús en el río Jordán por parte de Juan. En la festividad venezolana San Juan es llevado al agua para ser bautizado por el pueblo. Se dice que en ese momento el agua del río es bendecida. Los devotos guardan de esa agua ya bendita para tenerla en sus hogares. También es ese momento tan especial y mágico se hacen diversas peticiones al santo, quien, según dicen los devotos, es muy milagroso.
Otro detalle del agua y San Juan es la lluvia, el agua que cae del cielo en su día, y después, cinco días más tarde, en la celebración de San Pedro. Siempre llueve porque precisamente comienza la temporada lluviosa (por lo menos en Venezuela). Si no llueve, hay preocupación. Hay vinculación con la fiesta de San Juan y la productividad, sea producción, siembra y cosecha en la tierra, o buena pesca en el mar. Se le pide, y se le agradece.
Repiques y Magia
Seis son los golpes de Tambores de San Juan, y responden a cada etapa de la celebración: Golpes de tambor de tipo responsorial en el que un solista canta seguido del coro; Sangueo, canto ceremonial para la procesión; Malembe, variante procesión al lento con acompañamiento de tambores culo e’puya, durante el encierro del Santo; Cantos de sirena, a capella como preludio a la celebración; Golpiao, ritmo acelerado que sigue al sangueo; y Corrio, golpe de mayor rapidez e intensidad, que sigue al golpiao.
Todos los tambores resuenan en San Juan, como en ninguna otra celebración ni antes ni después del 24 de junio.
El Tambor Mina, considerado tambor macho, retumba junto a su hembra, la Curbata. Es una pareja de tambores unimembranófonos, tienen un solo parche. Están hechos de madera de aguacate (palta). El Mina y su compañera se tocan específicamente para la fiesta de Juan el Bautista.
El Mina es un tambor de llamado. Es un tambor colectivo, un tambor para muchos. La Curbata es la hembra, la compañera del tambor Mina. Es Cur, que es cerro y Bata, que es tambor. Es un tambor de pata. Está también el culo e puya por su forma cónica, como de reloj de arena. Son tres los culo e puya y son bimembranófonos. Con ellos se rinde homenaje al Bautista, aseveran quienes saben de esta materia.
Se trata de un ciclo inalterable, alegre, contagiante y promisorio. Todos se volverán a encontrar un año más tarde para seguir festejando a San Juan en sus formas de niño o de hombre que en definitiva todo lo tiene… y todo lo da.