Cuando el bongó fue una moda
Una galería de carátulas del tiempo en que el sonido del bongó invadió al mundo.
Hubo un tiempo en que todo el mundo quería tocar los bongós.
Sucedió a mediados de los años 50. De un momento a otro todo el mundo quería tener unos bongós, instrumento de percusión de pequeño formato, conformado por dos pequeños tambores casi idénticos unidos entre si y que se tocaban habitualmente colocándose entre los muslos. No faltó la estrella que quiso aprender a tocarlos y James Dean grabó un 45 con un grupo acompañante. Y no faltó el músico que le enseñó a esas estrellas a tocarlo. Ese músico fue Jack Costanzo.
Elvis Presley contactó con Costanzo y le pidió clases particulares, aparte de invitarlo a rodar su película Haroom Scaroom. Por eso Costanzo se hizo llamar Mr. Bongó, y en esa sutil diferencia nominal radicó el hecho de su fama como maestro de grandes artistas: Gary Cooper, James Dean, Jerry Lewis, Dick York y su amigo Marlon Brando.
Y detrás suyo decenas de bongoseros aparecieron de la nada para grabar discos y discos donde hacían alardes de destreza en la ejecución del instrumento. Don Ralke, Jack Burger, Marty Gold, Irvin Fields, Les Baxter, Preston Epps o Mike Pacheco fueron algunos de ellos. Muchas de las carátulas de esos discos son hoy hitos en el arte gráfico musical de mediados de Siglo XX.