Las mujeres son de azúcar
¿Cómo deseamos las mujeres?, se pregunta Poochyeeh, la cantante de Sweet Barrio, a la luz de la salsa, el bolero y el son.
Capítulo uno: DESEO
Las Mujeres son de Azúcar, como diría la Sonora Ponceña. Pero también son salás, elocuentes, tímidas, descarás, divertidas, imperfectas y chulas. Y tenemos mucho que contar.
A pesar de vivir en una sociedad hipersexualizada, cargada de estímulos en los que el papel y, sobre todo, la imagen de la mujer toman una relevancia vital, el propio deseo sexual femenino continúa siendo un tabú.
En la música sólo hay que echar un vistazo a la cantidad de portadas de discos en los que el cuerpo femenino aparece como arquetipo de erotismo y sensualidad. También encontramos cantidad de canciones inspiradas y dedicadas a la mujer en todo su esplendor.
Está claro que hemos sido las principales protagonistas del apetito generalizado de la sociedad en muchísimos aspectos pero, ¿cómo deseamos nosotras, las mujeres?
En primer lugar me gustaría aclarar que existen tantos gustos e inclinaciones como personas en el mundo, por eso te traigo un combinado de descaro, sensualidad y flores para contextualizar estas hermosas fantasías y estímulos. Para ello me he servido inevitablemente de la salsa, tanto romántica como brava, el son y el bolero, porque no existen géneros ni almas más sexuales y elegantes en este mundo, y que me perdone Dios si me equivoco, pero quién no ha fantaseado un Devórame Otra Vez, de Lalo Rodríguez, con su “crush” en alguna noche de soledad.
Gracias a la infinidad de estudios que se han realizado al respecto a día de hoy, podemos darnos cuenta que efectivamente y más allá de nuestro talento innato para la seducción ajena, todas y cada una tenemos la capacidad de excitarnos y sentir placer, al contrario de lo que se ha pensado durante gran parte de la historia. Simplemente hay que encontrar el camino propio y dejarse llevar, sin culpas ni juicios.
Un buen referente de ello es la cantante Graciela Pérez Grillo Graciela, nacida en La Habana, Cuba, en 1915, que compuso e interpretó numerosas canciones en las que expresaba con mucho gusto y de manera evidente sus deseos carnales como Estoy a Mil y Ay, José, en el que simula un baile con su compañero que se acerca bastante, por no decir que se quema, al acto sexual. Un encuentro desenfadado en el que ella misma orienta a su compañero (como debe ser). De manera similar Celeste Mendoza deja claras sus intenciones a través del bolero Ansias Locas.
También me veo en la obligación de añadir el Fever de La Lupe en medio de la semejante explosión de hormonas a la que asistimos. Sobran las palabras ante el descaro de esta señora intérprete, espontánea y pasional.
La India, cantante romántica de armas tomar, se encuentra cómoda en la comunicación clara de sus deseos más íntimos como este Turn off the Lights, donde invita a su compañía a apagar las luces en una noche de fuego y pasión desenfrenada.
A través de voces masculinas como Conjunto Chaney la compositora de más de trescientas salsas y músicas populares Gloria González, deja constancia de su capacidad para expresar su sed aunque no se pronuncie explícitamente. Una manera muy interesante de comunicarse con la libertad de un hombre de la época, sin dar demasiadas explicaciones.
Según la médico María José Tijeras, El deseo femenino es más emocional y se influencia de diversos factores, mientras que el masculino es más directo y visual. Quizás este diagnóstico sea el responsable de la infinita tradición femenina para recrearse en la fantasía desde tiempos inmemorables. Omara Portuondo nos invita al deseo desde el encanto y sutileza de su voz con Noche Cubana. Una mujer que no necesita demasiados artificios para desprender una inevitable sensualidad.
En su misma línea de elegancia suena la gran Celia Cruz interpretando Tu Voz en un ejercicio sofisticadísimo de anhelo y amor, enviado directamente hacia el alma del oyente.
Todas y cada una de estas mujeres tenían sus propios gustos y maneras; así en los años 60 los doctores William Masters y Virginia Johnson demostraron con sus escandalosos experimentos que la sexualidad no estaba limitada a una sola forma de entenderse, abriendo camino a hombres y mujeres para que aceptaran sus propias sexualidades, rebajando así el fatídico e inalcanzable ideal de acto convencional. Esta apertura es esencial para disfrutar de una naturaleza que nos ha sido otorgada por la vida y que no existe más que para disfrutarla.
Por esta razón te añado algunas canciones más y te invito a que sigas explorando este fenómeno por tu cuenta, siempre desde el respeto, la comunicación y la autoaceptación así que “Tú verás cómo lo quieres, jibarita”.