Diario Mayabeque

El punto hace parte de una lista de 33 elementos inscritos en la llamada Lista Representativa del Patrimonio junto a otras tradiciones musicales: la fabricación artesanal de órganos de Alemania; la danza colectiva Kochari de Armenia; la música y danza Zauli de Costa de Marfil; el canto coral de Horehroniela en Eslovaquia; la música y baile El Rebético de Grecia; el Uillean Piping o música de la gaita de Irlanda; el arte de fabricar y tocar el kamanché de Irán; la música del khen de Lao; el Sega Tambour de la isla de Rodrigues en Mauricio; la danza folclórica Kolo de Serbia; y el canto y danza Kushtdepdi de Turkmenistán.

La UNESCO ha valorado tres aspectos en el punto: que sea una expresión poética y musical campesina; que sea un elemento que propicia el diálogo y expresa los sentimientos, conocimientos y valores de las comunidades que lo practican; y que su técnica se transmite por medio de la imitación, y también mediante un programa de enseñanza impartido en las Casas de Cultura de todo el país.

Visita del poeta y repentista Alexis Díaz Pimienta a Colección Gladys Palmera

El punto, la décima, la controversia, el repentismo y la canción guajira en su asignatura más discográfica, fue uno de los temas de conversación entre el músico y creador Raúl Rodríguez y el poeta y educador Alex Díaz Pimienta, durante su visita a la Colección Gladys Palmera, vídeo de Havana Cultura que se puede observar AQUÍ. Díaz Pimienta es, posiblemente, el mayor experto que hay en el tema.

Pero, ¿qué es el punto cubano? Para explicarlo, citaremos apartes del libro Música del Caribe, de nuestro compañero José Arteaga (Editorial Voluntad, Bogotá, 1993):

“A comienzos del siglo XIX, los cantadores y poetas populares cubanos de procedencia campesina interpretaban una forma de canto espontáneo en unas fiestas llamadas guateques. Todo, al comienzo, era improvisado, aunque guardaba cierta similitud en su forma con la seguidilla andaluza. Cuando este ritmo cantable evolucionó un siglo más tarde, fue llamado punto debido a la manera como eran rematadas las décimas cantadas. Es decir, que los versos “terminaban en punta” para que el otro intérprete pudiera continuarlos…

“Al comenzar los años 20, el punto ya había desarrollado una identidad definitiva gracias los elementos sociales que rodearon a esta expresión. Uno de ellos fue la serie de apelativos con que eran conocidos sus intérpretes, acudiendo para ello a todas las posibilidades. Según su instrumento, algunos se autodenominaron Cítola y Cornamusa. Algunos adoptaban nombres burlescos como Maldicorpo y Ancho. Otros mostraban sus cualidades en nombre como Preciosa o Pedro Agudo. Unos cuantos dejaban ver la nitidez de su voz, caso de El Clarín de Palatino o El Clarín de Las Villas.

“Había, además, quienes establecían una similitud con las aves: El Sinsonte Matancero, El Jilguero de Cienfuegos, La Calandria o La Alondra. También los había quienes elogiaban su tierra natal: La Hermosa Guajira Villaclareña o El Elegante Poeta de Las Villas. Inclusive, algunos acudían a jerarquías: El Rey de la Melodía, El Cacique de Artemisa, El Poeta Cumbre, El Gigante de la Idea o El Príncipe del Laud. Otro elemento de identificación fue el vestido, siempre vistoso y de colores alegres, pañuelo rojo en el cuello y sombrero adornado, además de las orlas anchas en las mangas de las camisas.

“Pero la popularidad de estos intérpretes alcanzó su mayor dimensión con la imitación de sonidos. Cheo, autodenominado El Hombre de los Animales, remedaba animales de la selva; Ramiro Fuentes imitaba aves de rapiña; y El Jilguero de Cienfuegos, animales domésticos. Vicente Marín, por su parte, quien imitaba a la perfección los sonidos de la naturaleza, fue el primero en ser contratado por una cadena radial para la ambientación de las radionovelas, oficio que más tarde desempeñaron sus colegas campesinos. Este trabajo en medios de comunicación no fue, sin embargo, el primero que estos cantadores llevaron a cabo. En años anteriores su vocación de juglares los obligó a viajar por toda la isla llevando noticias que cantaban en las plazas de los pueblos. Algunos llevaban las noticias impresas y las vendían luego de interpretarlas”.

Para saber más sobre el Patrimonio: UNESCO.

Para ver el listado completo: Bienes inmateriales.

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