Zaragoza, ciudad del jazz
Conjunción de voces y pianos, El Jazz Zaragoza Festival llena la ciudad de música al compás de los centenarios Dizzy Gillespie y Thelonious Monk.
En medio de las locuras climáticas del cierzo, Zaragoza parece una ciudad cada vez más comprometida con el jazz. Fijémonos en la programación alterna del Jazz Zaragoza Festival, que llega a la nada despreciable cifra de 34 ediciones.
Se ha realizado un taller de jazz y comic (chicos haciendo ilustración en torno al jazz y escuchando jazz en vivo). Habrá conciertos pedagógicos llamados Jazz for Kids (aprendizaje de ritmo e improvisación a cargo de Héctor de la Puente). Hay un ciclo de jazz en la filmoteca (documentales como Sólo en un Día o Calle 54). Y hay presentaciones de libros relacionados con el tema (Juan Claudio Cifuentes: una vida de jazz, una vida con swing).
Más allá de la programación alterna, está, por supuesto, la programación de la Sala Multiusos, sede central del evento que conmemora el centenario de dos leyendas: Dizzy Gillespie y Thelonious Monk.
El 16 actúa la vocalista franco-dominicana Cyrille Aimée, contagiosa y eléctrica en su mezcla de raíces que van desde el bossa nova hasta el manouche, pero sin entrar en lugares comunes.
El 17 hay un trío y un cuarteto. El trío es el del pianista británico Anthony Strong, quien le imprime un tono pop a los estándares inmaculados del género. Y el cuarteto es el de la cantante neoyorquina Charenée Wade, tan alternativa y reivindicativa como lo fue su ídolo, Gil Scott-Heron.
El 18 se reconstruye la obra de Thelonious en el espectáculo a dos pianos titulado Monk by 2, que presentan Kenny Barron y Dado Moroni. Barron es un clásico en si mismo con casi medio siglo de historia en escena. Y Moroni es un virtuoso genovés criado desde niño en la obra de Monk.
El 19 es el turno de los teclados eléctricos de Cory Henry, quien al frente de su banda The Funk Apostles, ha apostado por esa tendencia tan en boga, todo un estilo ya: la mezcla de jazz & soul que va y viene del R&B instrumental.
El 24 llega otro clásico, el saxofonista Pee Wee Ellis. Su obra, tanto en solitario como en compañía, abarca infinidad de estilos y ritmos, lo cual responde a sus orígenes (Florida), a sus shows (California) y a sus grabaciones (Nueva York).
El 25 está Joan Chamorro, quien transcurre su vida entre concertista de jazz y formador de músicos, y que es tan dúctil que va del saxofón al contrabajo sin mayores dificultades. Esta vez presenta un proyecto titulado La Magia de la Voz & Jazz Ensemble, en el que intervienen seis mujeres vocalistas y multi-instrumentistas.
El 26 cierra el festival el gran Benny Golson, veteranísimo exponente del bebop, quien trae a la memoria con su saxo al mítico Charlie Parker, socio y amigo del homenajeado Dizzy Gillespie. La clausura puede estar llena de sorpresas, pues Golson tiene en su historial un largo camino como músico de bandas sonoras para televisión. Varias de las series de culto como MASH o Ironside pasaron por su manos.
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