Les Antilles au Québec - Marius de la Martinique

Formato: LP
Características: Stereo
Sello: London - SLP. 20078
País de edición y fecha: Canadá, 1969
Grabación: Canadá

El primer LP "Les Antilles au Québec - Marius de la Martinique" de Marius Cultier es un acto de emancipación. Corre el año 1969 y con solo 27 años, este mulato de larga silueta y sonrisa contagiosa figura ya como unos de los veteranos de la música antillana en Martinica, su isla natal: ha participado en numerosas grabaciones y ha conocido una ascensión fulgurante en el mundo del espectáculo. Pero siente que lleva a sus espaldas un peso insoportable que el poeta y alcalde anticolonialista Aimé Césaire denuncia desde hace más de tres décadas: el profundo desprecio de los franceses blancos por la cultura de los afro-descendientes en sus departamentos de ultramar, y por consecuencia la falta de oportunidades para los artistas "de color".

A finales de los años 60, la situación ha evolucionado y la cultura local conoce un cierto desarrollo en Martinica. Las barreras entre blancos y negros no son tan marcadas como en 1935, cuando Césaire había elaborado el concepto de "negritud" cuyo objetivo era el rechazo al proyecto del gobierno francés de asimilación cultural y la promoción de la cultura africana frente al racismo surgido de la ideología colonialista. De hecho, en 1966 el propio Césaire apuntará, en su discurso como vice-presidente del Festival Mundial de los Artes Negros en Dakar, que para no crear divisiones entre razas, la "negritud" se tiene que entender en su contexto de los años 30. Y en 1972 se creará el primer festival cultural anual de Martinica.

Pero en esos años 60, Marius Cultier es un inquieto que no puede esperar. Presiente que el destino le ha otorgado solo media vida para vivir lo que uno no podría vivir en diez. Las tergiversaciones son un obstáculo a su desarrollo personal. Un freno a la emancipación de las músicas mestizas que tanto ama: la biguine, el jazz, los ritmos latinos. Nunca ha perdido tiempo desde que nació, el 23 de abril de 1942 en Port-de-France, en el barrio de Terres Sainville. Es un distrito pobre antiguamente llamado "Barrio de los Miserables", pero que concentra la mayoría de las orquestas de la ciudad. La música está de todas partes: se ensaya en la calle, en los salones de peluquería, en los patios… Niño, Marius bebe de esta fuente cuya sangre ya corre en sus venas. Su padre, Marius Lancry (Cultier es apellido de su madre), es contable y pianista chansonnier, y su hermano 18 años mayor que él, Lucien "Nel" Lancry, es pianista de renombre y empieza a ser conocido, desde 1947, como gran defensor del folklore musical martiniqués. En este ambiente, con solo 8 años, Marius ya ha aprendido de manera autodidacta a tocar 8 instrumentos. A los 14 años, todo se acelera: pierde sus padres y se vuelca en la música como en un refugio emocional, Para disgusto de sus hermanas que se encargan de su educación, se salta las clases para buscar cualquier lugar donde suena algunas notas. Con su amigo Guy Bec, hijo del subprefecto de la época que recibe los discos directamente de Estados Unidos, descubre el jazz y a Thelonious Monk, en particular. El piano se convierte en su instrumento predilecto.

En 1959, con apenas 17 años está contratado como director de orquesta de la RTF (Radiodiffusion-Télévision Française), monopolio del Estado en la radio y televisión francesa y única radio autorizada en Martinica. Canciones francesas, noticieros y programas austeros con mucho protagonismo continental componen la parrilla de programación que abre por la mañana y cierra por la noche con La marsellesa. Poco espacio está dedicado a la música local. La radio no es, finalmente, un espacio de libertad donde el joven Cultier puede desarrollar su creatividad emergente. Aunque también en este aspecto, las cosas están cambiando. En 1960, en la isla vecina de Santa Lucía, un iluminado, Michel Ferry, funda Radio Caribbean International destinada a ser escuchada por la población martiniquesa. Los programas son en francés y -aquí está el acto más revolucionario- en kreyol (criollo). Todos los hogares martiniqueses sintonizan sus programas en las ondas cortas y se convierte en la radio más popular de la isla. Es el momento elegido por Marius Cultier y Frantz Charles-Denis "Francisco", en 1961 o 1962, para proponer a la RTF "Punch en musique", un programa promocionando la música de las Antillas francesas. El programa sigue en pie hoy en día.

En 1963, Cultier gana con su interpretación de 'Round Midnight de Monk el primer premio de un concurso internacional de piano organizado en Puerto Rico. Es el único aspirante autodidacta. Es también el año de sus primeras grabaciones con la orquesta de Jacques Gils y con Los Cubanos de Jo Amable, con participación de la cantante Lola Martin. Participa en numerosas sesiones de estudio en Guadalupe para Disques Debs, entre otros con Los Kombass de Henri Debs, o en frente de su quinteto o sexteto con cantante como Georges Tinédor "Joby" o Yves Marsile. Toca entonces mazurkas, biguines, meringues haitianos, calypsos, boleros y cha cha chás ya con la soltura y el sabor criollo que caracterizarán el jazz biguine de sus futuros años de reconocimiento internacional. Pero por ahora, uno de sus deseos más grandes es ser cantante créole y no ve la posibilidad de cumplirlo en Martinica. Es una de las razones de su viaje a Canadá donde llega para la Expo Mundial de 67. En 1968, participa en el exposición Terre des Hommes con el show "Cabane à Rhum".

En un artículo-entrevista de la revista Photo-Journal del 11 de diciembre de 1968, el periodista Pierre Vincent interroga a Cultier sobre las razones por las que ha dejado su tierra soleada por los duros inviernos de Québec. El músico es entonces unos de los escasos 21 martiniqueses instalados entonces en esa provincia canadiense. Dice: "Puedo decir sin pretensión que soy una estrella en mi tierra. Pero, en definitiva, no significa mucho si comparamos Martinica con otros países. Por ejemplo, allí un disco que tiene éxito son solo 7000 copias vendidas. Y las estrellas son más directores de orquestas que cantantes. Como podéis ver, somos bastante limitados. Es por eso que estoy probando suerte en Québec". Y añade sobre su arte y las condiciones de trabajo de un artista negro en Martinica: "Los dueños de cabaret no quieren que haga cosas muy complicadas. Lo único que quieren es que sonría para exhibir mis dientes blancos y cante The Shadow of Your Smile. El negro es una atracción en el cabaret". Y sobre si se siente francés: "Estimo que somos simplemente francófonos. Reconozco los beneficios que la cultura y educación francesas nos han aportado, pero no puedo impedirme deplorar el colonialismo que nos persigue desde hace tantos años. La gente de derecha en mi país se limitan a bendecir las grandes ventajas que eso les aporta: autopistas y todo lo demás. Pero hay que meterse en la cabeza que la construcción de las autopistas beneficia primero a los franceses. Pueden vender coches Renault 4CV, gasolina… Pero si vas al banco para pedir un préstamo de unos miles de francos, te preguntarán, y es normal, qué vas a hacer con ese dinero. Y si contestas que es para abrir una pescadería, entonces ya no funciona. Porque quieren que nos quedemos en un estado artesanal. Solo somos buenos para la pesca, porque el negocio solo vale para los franceses".

Eso no significa que Cultier encuentre un paraíso en Canadá: "Sí, en Québec hay segregación racial en contra de los negros. Algunos de vosotros creen realmente que somos todos atrasados, sucios y malévolos… Es debido, pienso, a una falta de concienciación. Tanto de los blancos que de los negros. De hecho, el Black Power es justamente una acción de los negros hacia otros negros para explicarles que son seres normales; no es un movimiento revolucionario como lo hace creer la prensa americana".

Es con más humor que abre "Marius de la Martinique", el LP que lo lanza como cantante en Canadá. Aunque con un mensaje claro: Pâte à papa (Pasta de papá) no hace ninguna concesión al francés, es una adaptación en créole de la canción africana Pata pata de Miriam Makeba. Eso sí, el bolero-shake Les ailes d'un oiseau, la biguine-pop Les araignées, el jerk Les saints du paradis y Adam & Ève, adaptación del clásico Sans chemise, sans pantalon de Gérard Lavigny y Sylvio Siobud son todos en la lengua de Molière. Coco boogaloo y Papá y mamá, en una mezcla de créole y español. El logro de Marius Cultier, heredado de Césaire, es unificar, con tremendo swing y el sabor único de su órgano, los tres idiomas de su cultura en un conjunto equilibrado donde se respira el "bon viv" (bien vivir) y la riqueza del aporte antillano. Grabará otros dos álbumes en Canadá antes de conquistar los grandes festivales internacionales con su jazz biguine. Aunque no volverá a ser profeta en su tierra hasta después de su muerte ocurrida en 1985, con solo 43 años. (Tommy Meini)

Tracklist:
A1 Pâte à papa (Miriam Makeba, Marius Cultier)
A2 Les ailes d'un oiseau (Derechos reservados, Marius Cultier)
A3 Jojo (Marius Cultier)
A4 Les araignées (Marius Cultier)
B1 Les saints du paradis (Tradicional, Marius Cultier)
B2 Adam & Ève (Tradicional, Marius Cultier)
B3 Jackie méringue (Marius Cultier)
B4 Coco boogaloo (Marius Cultier)
B5 Papá y mamá (Marius Cultier)
Featuring:
Marius Cultier - Voz, Órgano