María de los Ángeles Santana

La multitud se agolpa esta noche de viernes, en plena primavera cubana del año 1940, aquí, en la Manzana de Gómez, frente al Parque Central de La Habana. Y no es solo por disfrutar de la música de Ernesto Lecuona, sino porque muchos saben que esta noche, en el teatro Politeama, una joven alta y hermosa, con una voz privilegiada, va a estrenar un tema del Maestro, con el que muchos despedirán un día su juventud.

Se llama María de los Ángeles Santana Soravilla, y de niña soñó con ser médico, como su padre. Pero la vida y la música la alejaron de los hospitales para que salvara de otra manera el corazón de la gente. Había nacido el 2 de agosto de 1914 en una casa de Centro Habana. Ya el público ha visto su rostro en películas de hace dos años, como Sucedió en La Habana y El romance del palmar. Esta noche estará junto al piano de Lecuona, quien, a pesar de su juventud, le ha dado la misión de cantar por vez primera este adiós que un día será un clásico.

Ya se escucha su voz serena, entonando estos versos:

Ya no tiene flores el jardín de mi ilusión,
se han marchito todas de dolor.

María de los Ángeles se asombró cuando él le entregó esta canción. Ella vio su título y leyó, rápido, la letra: Ya te vas, juventud, y un poco nerviosa le preguntó al Maestro el porqué de cantar ese tema, si acababa de comenzar a vivir. Pero él, sereno y elegante, le respondió que no componía para ese presente donde ambos respiraban, sino para el futuro.

Juventud que te vas para nunca volver,
qué tristeza me da al ver mi soledad.
Juventud que te vas y no dejas en mí
ni el recuerdo fugaz de aquel inmenso amor.

Las generaciones del futuro la van a recordar por otras cosas, sobre todo por el personaje de la alcaldesa Remigia, y su desternillante manera de llamar a su mayordomo Agamenón, en el programa televisivo “San Nicolás del Peladero”, sacudiendo a la gente con su finísima vis cómica. Y no sabrán de su gira por México, acompañando a Eliseo Grenet, y de que fue la segunda mujer en la isla en conducir con destreza, por las calles de la capital, una moto Harley-Davidson 74, despertando la admiración de los transeúntes.

Eso demostrará que no tiene miedo a la vida, y que será, en un futuro próximo, la primera mujer ante las cámaras de la televisión. Pero lo que estrene esta noche le abrirá también otras puertas, como la de la emisora radial CMQ, donde la elegancia de su voz de soprano dejará en la memoria otros temas de Ernesto Lecuona, como ese que dice:

Mariposa de lindos colores / que en mi patio cantas / al atardecer.
Mariposa, / ay si tú pudieras, / decirle en tu canto mi cruel padecer.
Mariposa de lindo plumaje / qué suave y qué dulce / es tu lindo cantar.
Al oírlo me viene el recuerdo / de aquel amor triste / que me hizo llorar.

Sus semblanzas apuntan que se atrevió a otras cosas. Y que, a su regreso a Cuba, en enero de 1946, se presentó en la radio y en distintos espectáculos escénicos, y que después de actuar por primera vez como actriz dramática en las tablas, centralizó en el teatro Martí el elenco de la temporada de Garrido y Piñero, que dirigía Agustín Rodríguez, reconocido por ella como uno de sus formadores”.

Del propio Agustín fue la obra en la que debutaría María de los Ángeles, La Habana nocturna, con música de otro grande, Gonzalo Roig. Pero, siguen diciendo sus biógrafos, “su éxito rotundo será en España donde, transformada ya en una vedette internacional con 37 años, asombra entre 1951 y 1954, y más tarde, entre 1955 y 1958”.

Entre sus caballos de batalla iba ya en su repertorio esta maravilla de Rodrigo Prats, que en su voz será inolvidable:

Una rosa de Francia, / cuya suave fragancia
una tarde de mayo /su milagro me dio, / en mi jardín que encanta.
Aún la llevo en el alma, / como un rayo de sol.

Pero aún no ha sucedido nada de eso. Ella despide su juventud en el escenario, junto al maestro Lecuona, con demasiada anticipación, pues vivirá 96 años. Ninguno de los dos lo sabe, y el público tampoco. Todos ignoran que también será “parte del elenco de un espectáculo de variedades en el célebre Teatro Olympia de Paris, actuando codo con codo con estrellas como Josephine Baker, Maurice Chevalier y María Félix“. 

Posiblemente le ampare y guíe, además de la respetable sombra de Lecuona, el brillo incesante de esa Rosa de Francia que ella lleva por el mundo en el pecho y en la garganta:

Por sus pétalos blancos / es la rosa más linda
hechicera, que brinda / su elegancia y olor.
Aquella rosa de Francia / cuya suave fragancia
una tarde de mayo, / su milagro me dio.

Su belleza, su elegancia y su fervor, junto a su entrega, le ayudaron a ser parte de la Compañía Teatro Cubano Libre, de Carlos Robreño y Rodrigo Prats. Con ellos viajará a Estados Unidos, Argentina, Venezuela, Colombia y Panamá. Y más tarde, a las órdenes de Mario Martínez Casado trabajará en una exitosa temporada de vodevil francés en el Teatro Principal de la Comedia. Allí la contratará el empresario y director de revistas español Manolo Pasos. Por eso en 1950 Madrid aplaudirá su debut en la revista “Tentación”, de los hermanos Antonio y Manuel Pasos, con la cual, durante dos años será la protagonista de sus dos mil ochocientas setenta y cuatro funciones, que culminaban con grandes ovaciones a su actuación.

Y después, de vuelta a Cuba, seguirá haciendo teatro y presentaciones en conciertos, apariciones en la radio y en la televisión desde su misma inauguración.

Pero todo eso es historia. Ella seguirá manteniendo vivo a Ernesto Lecuona, un genio al que su país llenó de la niebla del olvido por razones políticas. Y andará cada semana, entrando en las casas cubanas, con el programa “San Nicolás del Peladero”, que se mantuvo en la preferencia del público por espacio de veinte años, hasta su última transmisión el 26 de diciembre de 1983.

Es muy probable que ya a esa altura María de los Ángeles Santana agradeciera la visión adelantada y prístina del Maestro, que le encargó aquella conmovedora despedida, que comienza a sonar cuando uno cierra los ojos y piensa en ella:

Juventud que te vas y no dejas en mi
ni el recuerdo fugaz de aquel inmenso amor.
Para qué recordar la ilusión / de un ayer que ya no volverá a mi corazón.
Juventud, te llevaste contigo mi amor,
el amor que fue todo en mi ser y que nunca podré olvidar.

Nosotros tampoco olvidamos su paso por la tierra.

Pero lo que estrene esta noche le abrirá también otras puertas, como la de la emisora radial CMQ, donde la elegancia de su voz de soprano dejará en la memoria otros temas de Ernesto Lecuona.

Playlist

1. María de los Ángeles Santana - Mi corazón se fue (Ernesto Lecuona)
00:00:12
2. María de los Ángeles Santana - Mariposa (Ernesto Lecuona)
00:03:53
3. María de los Ángeles Santana - Me gusta... me gusta (Daniel Montorio)
00:06:41
4. María de los Ángeles Santana - Tengo un nuevo amor (Ernesto Lecuona)
00:09:04
5. María de los Ángeles Santana - Ojos tristes (Guty Cárdenas)
00:12:14
6. María de los Ángeles Santana - Yo seré la tentación (Daniel Montorio)
00:14:17
7. María de los Ángeles Santana - Después de un beso (DRA)
00:17:25
8. María de los Ángeles Santana - Una rosa de Francia (Rodrigo Prats)
00:19:48
9. María de los Ángeles Santana - Vienen los duendes (Daniel Montorio)
00:21:53

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