Estos son Los Geyser
Presentamos por primera vez en vinilo una recopilación de sus singles editados entre 1970 y 1973.
Los Geyser nacieron como lo hicieron varias bandas de diferentes estilos y géneros en una Venezuela muy musical: por un encuentro casual en un autobús. Cuenta Publio Néstor García, líder natural de la banda, que él y su hermano Ebenezer solían coger el transporte público en su natal Maracay cuando conocieron a otro músico de la ciudad llamado Douglas Millano. Fue ese encuentro el que los llevó del bolero al rock and roll. Luego se integraron Gastón Vitanza y Armando Sapienza, y la banda empezó a tomar cuerpo.
¿Porqué el nombre Los Geyser? Por una búsqueda en una enciclopedia, ni más ni menos. ¿Porqué ese repertorio? Por aquello que Publio definiría como convicción: Nunca tuve dudas. Nuestra canciones serían inéditas. No tocaríamos música de otros grupos.
Durante el segundo lustro de los años 60 Venezuela era un hervidero de gente joven tratando de hacer música, pero como suele suceder en América Latina, no era lo mismo vivir en la capital que en una ciudad de provincia. Las bandas de Caracas tenían los medios discográficos y de comunicación a su alcance, y las demás trataban de seguir su estela.
Esa provincia, sin embargo, ofrecía maravillas como Los Péndulos del Tiempo en Barquisimeto, Los Cobra en Ciudad Bolívar, Los Géminis 5 en La Guaira, Los Larkins en Maracaibo y, como no, Los Geyser en Maracay.
Fue hasta 1970 que Los Geyser pudieron entrar a un estudio a grabar un disco de 45 rpm. Lo prensó un sello joven llamado Vida Records. Vida había sido fundado un año atrás por Hellis Jesús Chuto Navarro. En Vida grababan las bandas de rock and roll Lunes Sábado y Domingo, Los Clippers y Los Discotecos, además de la esposa de Chuto, Nancy Ramos.
Aquel 45 rpm incluyó las canciones Tú me caes mal y Solo no puedo vivir, ambas creaciones de Publio, aunque la segunda junto a Gastón Vitanza. Para entonces Los Geyser estaban conformados por Publio, teclados y bajo; Ebenezer Pochito, batería; Manuel Sandoval y Nelson Kiko Campis, guitarras; Roberto Monasterios, percusión y coros. Más adelante llegarían Ernesto Tito Dann y Fracois Frank Diago, y tocarían con músicos invitados como Ugo Filoia.
Es por aquel tiempo que ocurre un fenómeno en Venezuela. Ante la avalancha de bandas juveniles de rock and roll, las casas discográficas grandes abren sus puertas a la expresión. En algunos casos para grabar, no sin cierta prevención, discos de 45 rpm; en otros casos para abrir filiales que se dedicaran a los ritmos más pop. Lo curioso es que el país era uno de los epicentros del boogaloo y la naciente salsa de Nueva York. No parecía haber cabida para ritmos ajenos a lo afrocubano, pero lo hubo.
Velvet, el sello cubano ya establecido en Caracas y convertido en uno de los más importantes del continente por su fundador José Pagés, apuesta por Los Geyser y les graba varios temas.
Los Geyser entraban en la onda que había marcado el rock en Latinoamérica con la presentación de Santana en Woodstock’69, pero también en una forma de mostrar los ritmos latinos a través de su interpretación en rock. Y ese estilo se venía dado desde California hasta Nueva York y desde México hasta Lima. Bandas como El Chicano, Mandrill, Peace & Love o Black Sugar profundizaban en la idea de coger referentes afrocubans como Tito Puente y “darles una vuelta”.
Y con esa idea apareció un nuevo trabajo de Los Geyser, Óyeme guajira. Es que así como Carlos Santana tuvo en Francisco Aguabella a su conexión con el mundo afrocubano, Los Geyser tuvieron a Roberto Monasterios. En la misma onda grabaron Piensa bien.
En 1972 le dan un giro a su estilo y graban un tema dividido en dos partes: Sodoma y Gomorra, rock psicodélico en su más pura expresión, que tiene una versión posterior en inglés. Pero los cambios continuos en la formación y la necesidad de grabar en Caracas hace que los hermanos Publio y Ebenezer García decidan seguir adelante y defenderse los dos solos en los estudios de grabación. Superlombriz atómica, su último éxito, aparece a mediados de 1973 bajo esa convicción.
Grabaciones sueltas aparecerían en lo sucesivo con los sellos Dark y Sonus, pero la repercusión no sería igual.
En 2020, en plena pandemia, Guerssen, la compañía discográfica fundada en Lleida, entabló contacto con Publio para recuperar todo ese trabajo perdido en el tiempo. Especializada en reediciones de psicodelia, música progresiva, folk o garage, Guerssen hizo un trabajo de masterización en Vacuum Mastering y publicó la obra de Los Geyser con Pharaway Sounds. Publio García hizo una serie de notas detalladas para acompañar la obra, con un diseño de Marc Argenter y una carátula hecha por la pintora almeriense Adriana García. Y eso es lo que presentamos aquí en Gladys Palmera.