Jack Costanzo

Dicen que los primeros bongós que se construyeron en Cuba eran tambores pequeños casi idénticos suspendidos por una cuerda extendida sobre el muslo de quien los tocaba. Se necesitaba una enorme habilidad para que sonaran armónicamente, pues los tambores de inclinaban hacia adelante o hacia atrás. Sin embargo, aunque fue tecnificándose con el tiempo hasta convertirse en una especialidad, los niños siguieron aprendiendo a tocar en la calle con tarros atados por una cuerda.

Jack James Costanzo, natural de Chicago, hijo de los emigrantes italianos Matteo Costanzo y Virginia Sances, aprendió a tocar con dos cajones de madera hechos para guardar mantequilla. Tenía 13 años y quería ser bailarín en una época y en una ciudad en la que el crimen organizado la había hecho famosa tras los años de la “Ley seca”. La alargada sombra de Al Capone lo influenciaba todo y el gángster Arnold Rothstein había “comprado” una Serie Mundial de Beisbol, en detrimento del equipo estrella de la ciudad, los White Sox. Todo parecía estar contaminado en la capital de Illinois.

Pero una de las cosas que habían florecido eran las actividades nocturnas, y el joven Jack solía frecuentar un salón de baile llamado Merry Garden Ballroom con el ánimo de ser bailarín algún día. Sin embargo, una noche cualquiera llegó a tocar al lugar la orquesta puertorriqueña Mario Dumas Band. Cuando el baterista cogió los bongós e hizo un solo, la vida de Jack Costanzo literalmente cambió para siempre.

Su siguiente paso fue fabricarse unos. Cogió las medidas de aquellos de los Dumas Band (20 y 17 centímetros cada tambor), los forró con cuero de cabras de aquel que se usaba para los parches de las baterías, y empezó a practicar escuchando en la radio orquestas como la de Xavier Cugat y Enrique Madriguera, pero especialmente un disco que había conseguido de la Casino de la Playa, donde notaba el instrumento de forma más brillante.

Costanzo no lo sabía en ese entonces, pero el bongosero de la Casino de la Playa era Cándido Requena, un músico con una inquietud particular: le gustaba fabricar instrumentos de percusión. Tras una corta carreta con la Casino y el Conjunto Kubavana, creó un sistema de metal ajustable para los bongós y estableció la primera fábrica de congas y bongós en La Habana. A comienzos de los años 50 Requena era el fabricante más solicitado del Caribe musical.

Imposibilitado de ganarse la vida como bongosero, porque el instrumento aún era exótico para una orquesta, Costanzo siguió su carrera de bailarín con su primera esposa, Mary Margaret Myers, y con quien formó la pareja Costanzo & Marda. Su forma de bailar en el escenario ante el público fue su forma de tocar en su habitación en solitario. Jack Costanzo se hizo músico de forma autodidacta hasta que le tocó cumplir con el servicio militar en una base naval en California. No participó en la Segunda Guerra Mundial de milagro, porque la guerra ya estaba llegando a su fin.

En una entrevista para la serie Inside Latin Jazz del Whittier College, Costanzo contó que se unió a la Marina en 1942 y fue dado de baja en 1945 en la Costa Oeste, por lo que se quedó allí, enseñando baile durante tres meses en el Hotel Beverly Hills.

Por su parte, en una entrevista para Eric E. González, del portal Herencia Latina, Costanzo reafirmaba lo dicho: Trabajé durante unos tres meses enseñando baile, lo cual odiaba (risas). Entonces Bobby Ramos, que era un líder de banda muy conocido en esos días, armó una gran orquesta e iba a abrir el famoso Trocadero. Pero no tenía bongosero. Entonces escuchó sobre mí, ya sabes, que podía tocar un poco, y me contrató. Ese fue mi primer trabajo. Eso fue en enero de 1946. Así fue como me inicié como músico. ¡Pero también seguí bailando entre trabajos!

Luego empezó una sucesión de trabajos: Lecuona Cuban Boys en el Copacabana de Nueva York; Desi Arnaz también en Nueva York; René Touzet y su Orquesta en el Crescendo de Los Ángeles; y finalmente su gran oportunidad, la banda gigante de Stan Kenton, con quien estuvo dos años, su trabajo más estable hasta el momento. Pero así como Kenton se sintió atraído por el desparpajo y la técnica de Costanzo cuando estaba con Touzet, otro gran músico de aquel tiempo se sintió atraído por Costanzo cuando estaba con Kenton, Nat King Cole.

El cantante y pianista de Montgomery, Alabama, Nat “King” Cole, quedó impresionado con una de las actuaciones del bongosero y lo llamó para que colaborara con su trío en 1949. Y aquella combinación de piano jazz y percusión latina fue “el no va más”, una auténtica atracción mediática. Cole exhibía su habitual carga de swing con mucha velocidad en la derecha y síncopas en la izquierda, mientras que Costanzo brilló por rapidez y derroche de energía.

Junto al bajista Joe Comfort y al guitarrista Irving Ashby, Cole y Costanzo participaron en una de las primeras sesiones de grabación organizadas por el productor Lou Snader para la televisión estadounidense; a su vez, las primeras grabaciones televisivas que se hicieron con músicos en directo. Costanzo tuvo una actuación magnífica en el tema Calypso blues, donde tocó la conga en solitario acompañando a Cole vestido de marinero. Las Sander Telescriptions tuvieron que pasar, sin embargo, por el ojo de la censura implacable que veía con malos ojos que un negro como Nat King Cole se mostrara en la televisión de todo el país.

El bongosero dejó el trío de Cole en septiembre de 1953 y comenzó una carrera como músico independiente bajo el sobrenombre de “Mr. Bongó” (término acuñado por el crítico de jazz Leonard Feather). Costanzo había descubierto ya para entonces, que la tendencia de los pianistas de jazz era incluir a gente como él en sus grabaciones latinas, y eso, sin duda, era un buen negocio. Lo mismo pensaron sus colegas residentes en Estados Unidos, tras el impacto de las primeras grabaciones de George Shearing.

El jazz afrocubano propició una escuela de bongoceros en los años 50, destacándose Armando Peraza, Francisco Aguabella, Willie Bobo, Jack Costanzo y José Mangual, entre muchos otros. Costanzo, sin duda, y como lo reseñó el New York Times: atrajo la atención de la percusión, específicamente la percusión latina y sus bongós característicos, no sólo por el público general, sino por sus propios colegas.

EL MAESTRO

A mediados de los años 50 sucedió algo increíble: los bongoes o bongós se convirtieron en un fenómeno mundial. Decenas de bongoseros aparecieron de la nada para grabar discos y discos donde hacían alardes de destreza en la ejecución del instrumento. Don Ralke, Jack Burger, Marty Gold, Irvin Fields, Les Baxter, Preston Epps o Mike Pacheco fueron algunos de ellos. Todos querían tener unos bongoes y todos querían aprender a tocarlo, incluyendo las estrellas de Hollywood.

Y como Costanzo era conocido como Mr. Bongó, se convirtió en maestro de grandes artistas: Gary Cooper, James Dean, Dick York y su amigo Marlon Brando, a quien le dio clases de bongós y de congas para que se luciera en el Palladium Ballroom. No fue el único. Detrás suyo llegaron Rita Moreno, Carolyn Jones, Hugh O’Brian, Keenan Wynn, Van Johnson, Tony Curtis, Betty GrableVic Damone.

Tras todo lo anterior, Costanzo fue invitado al Chevy Show de la diva Dinah Shore para la NBC, muy afamado en la televisión; y aceptó hacer parte del staff de la serie musical The Pat Boone Chevy Showroom de la ABC, junto a muchos actores conocidos, entre ellos Dick York, el famoso Darrin Stephens de Hechizada (o Embrujada en España). Y claro, fue por ese tiempo que conoció al brillantísimo pianista angelino Eddie Cano.

Edward Cano Junior, Eddie Cano, y Jack Costanzo se convirtieron en una pareja musical estable a finales de los años 50 y comienzos de los 60. Grabaron una serie de discos juntos para la GRP Crescendo Records, y fueron músicos habituales en varias películas exitosas de aquel momento. Eddie Cano brilló en uno de los momentos hilarantes de El profesor chiflado, donde Jerry Lewis hacía de científico loco que intentaba seducir a la playmate Stella Stevens, y Cano tocaba el piano en el jazz club Gourpleville donde transcurren las escenas más emotivas.

Jack Costanzo actuó en la serie de televisión Johnny Stacatto protagonizada por John Cassavettes, y lo hizo junto a un amigo suyo, el flautista Jay Corre, arreglista junto a Héctor Rivera del álbum de Costanzo, Latin Percussion with Soul. Tres años atrás de esta grabación, había actuado en la película Harum Scarum, dirigida por Gene Nelson en 1965 y hecha para el lucimiento exclusivo de Elvis Presley. Hay una escena donde Costanzo en el papel de Juma es invitado por una niña a tocar para ella y mostrarle a Elvis las bondades de la música.

Costanzo mantuvo una carrera múltiple como músico, solista, maestro y director de su propia orquesta durante las décadas de los 50 y los 60, grabando una veintena de discos con diferentes sellos discográficos. Pero también tocó con las bandas de Billy May, Charlie Barnet, Danny Kaye, Eddie Fisher, Frances Faye, Frank Sinatra, Harry James, Jane Powell, Judy Garland, Martin & Lewis, Patti Page, Peggy Lee, Pérez Prado, Pete Rugolo, Ray Anthony y Xavier Cugat.

Tuvo una pareja que lo acompañó muchos años, Gerry Woo, con quien grabó también en la época en que aparecía el latin soul y la salsa. Woo era una belleza de Compton, California, que fue descubierta por el fotógrafo Peter Gowland. Siendo Gowland fotógrafo de Playboy, Woo se convirtió en playmate y fue una de las conejitas que animaron el lanzamiento del club Playboy en Las Vegas. Allí conoció a Jack Costanzo y fue amor a primera vista. El bongosero dejó a su mujer y puso a Woo como cantante y corista de su orquesta. Tocaron en el club Playboy de Hollywood, volvieron a Las Vegas y surgió un oportunidad en el Hotel San Juan en Puerto Rico.

Cuenta el propio Jack Costanzo: Gerry Woo y yo, teníamos como un acto de baile en El San Juan Hotel. Pancho Cristal, que era el hombre de A&R para Tico, entró de pronto. Yo sólo tenía un pequeño grupo de siete músicos, y él dijo: Quiero grabar, chicos. Le dije: Fine. Fui a Nueva York y tuvimos una reunión en su oficina. Cristal contrató a un tipo de Nueva York, Héctor Rivera. Le dimos las canciones que queríamos grabar, y me fui a Los Ángeles. Entonces, Rivera contrató una gran banda, catorce personas, pero no hizo las canciones que se suponía que debía arreglar. Hizo canciones que él escribió. Tuvimos una pelea bastante gorda, pero es un maravilloso arreglista. Tengo que decirlo otra vez: un maravilloso arreglista.

Jack Costanzo y Gerry Woo siguieron trabajando por más de 20 años juntos. Tras el éxito de su álbum Latin Percussion with Soul para el sello Tico, se fueron a entretener a los soldados que luchaban en Vietnam, Filipinas y Bangkok. Y luego de muchas correrías se establecieron en San Diego hasta su separación.

Costanzo estuvo retirado del ambiente musical hasta 1998 cuando decidió regresar tentado por la firma Ubiquity Records, grabando cuatro discos en los primeros cinco años del siglo XX. Back From Havana, el primero de ellos, supuso la vuelta feliz de un clásico, en un tiempo en el que las grandes figuras de la percusión afrocubana emergían de nuevo con grabaciones contundentes. Con Ubiquity también grabó Francisco Aguabella, en tanto que con Chesky Records grabaron The Conga Kings (Cándido Camero, Patato Valdés y Giovanni Hidalgo).

Jack Costanzo falleció en su casa de Lakeside, San Diego, California, en agosto de 2018. Tenía 98 años, más de 80 dedicados a la música.

Playlist

1. Jack Costanzo - Jack, Jack, Jack
00:00:15
2. Jack Costanzo - Hornacopia
00:03:04
3. Jack Costanzo - Nana secre
00:05:23
4. Jack Costanzo - La paloma
00:08:56
5. Jack Costanzo - Afro-Cuban Concord
00:10:52
6. Jack Costanzo - Caravan
00:12:29
7. Jack Costanzo - Bongo festeris
00:15:36
8. Jack Costanzo - Mambo Jack
00:18:04
9. Jack Costanzo - Recuerdos
00:22:06
10. Jack Costanzo - Just One Of Those Things
00:24:56
11. Jack Costanzo - Sing, Sing, Sing (Scorching The Skins)
00:27:02
12. Jack Costanzo - Trompeta y bongo
00:30:18
13. Jack Costanzo - Feeling Alright
00:34:43
14. Jack Costanzo - Jive Samba
00:38:50
15. Jack Costanzo - W.LG
00:43:51

Deja tu comentario