La navidad boricua
Una galería de carátulas de navidad en Puerto Rico, tradición del año. Unos van alegres y otros van cantando.
Ninguna fiesta en Puerto Rico tiene tanta importancia hasta hoy como la navidad, constituida por los días que van desde las novenas (16 de diciembre) hasta el día de reyes (6 de enero). Y dentro de ellas hay un acontecimiento que tiene un lugar predominante: el aguinaldo, que significa regalo. Para Puerto Rico, los villancicos navideños cantados en tiempo de Seis se llaman también aguinaldos y existen en dos formas: el aguinaldo urbano y el aguinaldo jíbaro. El primero de ellos se canta en cuartetas y el segundo en décimas o decimillas y tiene la posibilidad de asumir como forma musical a la guaracha cubana.
El origen del aguinaldo como costumbre se remonta a la misa católica de aguinaldo como acto de dar y recibir. En este ritual una persona pagaba una promesa y debía, en la ceremonia, hacerle llegar un presente a la misma. En el aguinaldo puertorriqueño se reúnen varios músicos de diferentes conjuntos jíbaros para conformar un grupo llamado parranda, que el aguinaldo jíbaro se denomina trulla y en el aguinaldo urbano se llama asalto.
Al llegar la parranda a la casa de la persona a quien se ofrece la promesa, el organizador o líder del grupo señala el inicio de los cantos de aguinaldo y la parranda entona un cántico de saludo, que por la manera como se afronta la percusión puede denominarse cadena, caballo o simplemente aguinaldo. Luego, el grupo interpreta un cántico de ocasión a modo de serenata, tras lo cual la parranda es invitada a entrar y se les ofrece una comida. Antes de marcharse tocan un cántico de despedida.
El cántico de saludo pueda hacer uso de temas populares de otros géneros como: Navidad que vuelve, tradición del año, unos van alegres y otros van llorando. El cántico de ocasión se refiere, por lo general, a la fiesta y la comida que está a punto de iniciarse como: Ese pobre lechón que murió de repente con un tajo en la frente y otro en el corazón, lo metieron al horno, lo sacaron caliente, le metieron el diente, le metieron el diente a ese pobre lechón. El cántico de despedida, por su parte, puede mostrar los deseos de volver en otro día de navidad: Que no, que no, que no me da la gana, que no me voy de aquí hasta por la mañana.