Trío Matamoros

Todavía se les nota el azoro de estar en la capital de la isla a estos tres músicos santiagueros, que ignoran lo que van a significar un día en la música cubana. Por hoy, esta noche, solamente un reto: divertirse y divertir. Decirle al mundo que el son llegó a La Habana, desde Santiago de Cuba, de donde son los tres: Siro, Cueto y Miguel.

Esta noche, los habaneros que asisten a la actuación del trío desconocido van a recordar la fecha en que sintieron, por primera vez, vibrar dentro de sus cuerpos una cadencia que les va a acompañar por siempre, y aquellas voces acopladas con tanta gracia, lo mismo en un bolero son que les provocaba casi una lágrima de tristeza, que una guaracha que les hacía sonreír. Es 1928 y ya el Trío Matamoros ha grabado en Candem, New Jersey, algunos de los temas que interpretan hoy. Como ese que dice:

Huye, huyeeee / ¿Dónde está Mayor? / ¿Dónde está? //
Ya no vende por las calles, / ya no pregona en la esquina,
ya no quiere trabajar.
El que siembra su maíz / que se coma su pinol.
El que siembra su maíz / que se coma su pinol.

Pasarán luego muchos años, años intensos, de una creatividad arrolladora, pero confiados y alegres, por la certeza de que la gente los quería disco tras disco, presentación tras presentación. Y para el pueblo cubano eran los Matamoros, Siro, Cueto y Miguel, que en la vida real tenían otras vidas y otros nombres: Miguel Matamoros, Rafael Cueto y Siro Rodríguez, unidos por el destino y la música, desde la noche del 8 de mayo de 1925, cumpleaños 31 de Miguel.

Pero será a partir de esta gloriosa noche, su debut en La Habana, gracias a las grabaciones realizadas en el norte, y a una gestión del compositor y escritor radial Félix B. Caignet, que un empresario de la capital los contrató para cantar en el escenario del Campoamor, un sitio de moda en aquellos años. Dice la historia que “La acogida que les proporcionó el público fue tan sorprendente que el Circuito Smith, que los había contratado, llegó a presentarlos en cuatro y hasta cinco teatros un mismo día”.

Desde entonces, habaneros y cubanos aprendieron aquel canto que parecía una adivinanza:

Mamá yo quiero saber / de dónde son los cantantes /
que los encuentro galantes, / y los quiero conocer,
con su trovar fascinante / que me la quiero aprender.
De donde serán, ay mamá, / ¿Serán de la Habana?
¿Serán de Santiago, tierra soberana?

Y después, gracias al ingenio del trío, uno mismo se responde:

Son de la loma / y cantan en llano. // Mamá que son de la loma, /
mamá y cantan en llano. // Tú veras, cómo no…

Aquí mismo, en la esquina de las calles Industria y San José, se está consolidando esta noche una forma de la cubanidad que va a recorrer el mundo en forma de trío, de septeto y de conjunto. Un teatro inaugurado en este sitio el 20 de octubre de 1921, de un estilo neoclásico con algunos toques modernistas, que comprendía tres pisos y una capacidad para 2000 localidades distribuidas en forma de herradura. Esa es tal vez la herradura de la suerte que acompañará hasta su retiro al Trío Matamoros.

A partir de esta noche de 1928, los cubanos tendrán a mano una de las promesas de amor más intensas de nuestra lengua. Una promesa dulce y profunda que el trío ha grabado también este año, y que dice:

Si el amor hace sentir hondos dolores, / condena a vivir entre miserias /
yo te diera, mi bien, por tus amores, / hasta la sangre que hierve en mis arterias. // Hasta la sangre que hierve en mis arterias.

Ya hace tres años que gobierna Gerardo Machado, y hoy por hoy, la gente aprueba su administración, que ha construido o levantará obras rotundas, como la carretera Central, el parque de la Fraternidad Americana, la escalinata de la Universidad de La Habana, y se comenzará a hacer el Capitolio Nacional. Y cerca de todo aquello, el teatro Campoamor se alza con una “exquisita decoración que mostraba orlas doradas y sus barandillas estaban rematadas en bronce, haciendo gala de una elegancia propia de los grandes espectáculos que ocuparon sus espacios”.

El Trío Matamoros se consolidará este año y comenzará intensas giras. En una de ellas, en 1930, atrapados por un huracán en la República Dominicana, Siro, Cueto y Miguel se las vieron negras, pero de aquel susto salió uno de sus temas más jocosos y a la vez conmovedores: El Trío y el ciclón, que dice:

En una tarde de inquietud, Quisqueya, / vióse de pronto de pavor sumida,
reinaba allí, la lluvia, las centellas, / y la mar por doquiera embravecida.
Horas después quiso la aciaga suerte / solo dejar desolación, gemido, /
el imperio macabro de la muerte, / sobre el pueblo entero destruido.

En Cuba se corrió la voz de que los tres músicos estaban entre las víctimas de aquel horrendo huracán. Pero Miguel le salió al paso a los rumores:

Espiritistas inciertos, / que muchos hay por allá, /
porfiaron con terquedad / que los del Trío habían muerto.
Cada vez que me acuerdo del ciclón / se me enferma el corazón.

La actuación de los Matamoros en el Teatro Campoamor esta noche se sumará a otros acontecimientos inolvidables en la historia del local. Justamente en 1928, se estrenaría allí “The Jazz Singer”, la primera película sonora de Warner Brothers. El Trío seguirá cantando, grabando y componiendo, dejando para nuestra historia cada acontecimiento notorio, como cronistas de la vida cubana, ejemplos son El voto y la mujer, ese mismo año, y otros como El nudismo en Cuba, La cocainómana o El divorcio en España. Así atraparon para el futuro la visita a la isla del doctor Asuero, un galeno español que decía haber inventado un método para curar la invalidez. De allí nació ese tema burlón titulado El paralítico:

Veinte años en mi término / me encontraba paralítico
y me dijo un hombre místico / que me extirpara el trigémino.
Suelta la muleta y el bastón / y podrás bailar el son.
“Dice un doctor farolero, / mucho más viejo que el pan/
anda, ve a San Sebastián, / para que te opere Asuero.

Ya termina el debut del Trío Matamoros en el Teatro Campoamor. Mañana sus temas saltarán de boca en boca, y llegarán poco a poco a la merecida gloria. Serán una de las señas de identidad del cubano, en cualquier lugar de este mundo. Y los enamorados repetirán estos versos:

Aunque quiera olvidarme / ha de ser imposible, / porque eterno recuerdo
tendrá siempre de mí.
Mis caricias serán / el fantasma terrible / de lo mucho que sufro,
de lo mucho que sufro, / alejado de ti.

Pero será a partir de esta gloriosa noche, su debut en La Habana, gracias a las grabaciones realizadas en el norte, y a una gestión del compositor y escritor radial Félix B. Caignet, que un empresario de la capital los contrató para cantar en el escenario del Campoamor, un sitio de moda en aquellos años. 

Playlist

1. Trío Matamoros - El lecherito oriental (Miguel Matamoros)
00:00:12
2. Trío Matamoros - Tilín tilín, La basura (Rodríguez, Cueto y Matamoros)
00:03:03
3. Trío Matamoros - Que siga el tren (Miguel Matamoros)
00:06:33
4. Trío Matamoros - Abuelita (Miguel Matamoros)
00:09:26
5. Trío Matamoros - Juramentos (Miguel Matamoros)
00:12:17
6. Trío Matamoros - El vendedor de todo (Rafael Cueto)
00:15:00
7. Trío Matamoros - Reclamo místico (Miguel Matamoros)
00:17:49
8. Trío Matamoros - El paralitico (Miguel Matamoros)
00:20:33
9. Trío Matamoros - La mujer de Antonio (Miguel Matamoros)
00:23:36
10. Trío Matamoros - ¿Quién tiró la bomba? (Miguel Matamoros)
00:26:18
11. Trío Matamoros - Desfile lírico (Miguel Matamoros)
00:28:21

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