Duki – Desde el fin del mundo (SSJ de Atuanorinos / DALE PLAY Records, 2021)
El año pasado, el argentino presentó “24”, un segundo ejercicio en formato mixtape algo decepcionante y prescindible, que no solo no mejoraba lo facturado en “Súper Sangre Joven” y en, sobre todo, los singles previos que lo lanzaron al estrellato, sino que cuestionaba la influencia de Duki en un momento en el que había voces que comenzaban a cuestionar cuánto tiempo mantendría el liderazgo el artista urbano argentino más importante del último lustro.
Duki responde con “Desde el fin del mundo”, un ejercicio especialmente ambicioso, de casi veinte canciones y casi una hora de duración, en el que reflexiona sobre su propia bajada a los infiernos tras años de excesos, y en los que busca rehabilitarse a sí mismo y rehabilitar su propio registro, rodeándose de compañeros generacionales que en muchos casos son también amigos, como Ysy A, Bizarrap, CA7RIEL, KHEA, Lara91k, Neo Pistea, Lucho SSJ o Pablo Chill-E, entre otros y otras; pero, sobre todo, atreviéndose a deconstruir su propia idea de trap.
Más allá de firmar bangerazos en los que mantiene la estética arquetípica de trap (“Cascada”, “Pintao” o “Rápido”) o de canciones que opositan a convertirse en himnos colectivos (“Fifty Fifty”), lo más interesante del tercer álbum del Duko es cuando se atreve con bases que basculan en una suerte de indietrónica de corte anime (“Chico estrella” o “Luna”), con el rock pesado (“Muriéndome” o “Muero de fiesta este finde”), coquetea con las guitarras bachateras (“Volando bajito”), con el r&b más sensual (“Sol”), con el britpop (“Ticket”) o con la balada urban (“Malbec”). El rey lo sigue siendo, no hay duda.
Alan Queipo.
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