Vivimos en la era donde se sublima lo local por su alcance universal y los artistas se esfuerzan por encontrar lo que les hace diferentes. Todo esto juega a favor de Flor de Toloache, una banda veterana que en los últimos cinco años, coincidiendo con la explosión de los sonidos latinos y en español, se ha convertido en un icono transversal que lo mismo gira por Europa de telonera del pope indie Dan Auerbach que aparece en el disco de Bertín Osborne ‘Yo debí enamorarme de tu madre’, protagoniza los Tiny Desk de la NPR o pone patas arriba el programa de Jools Holland.
Hoy Flor de Toloache es mucho más que ese titular que le pusieron en sus inicios allá por 2008: “la primera banda íntegra de mujeres mariachi”. Desde su base de operaciones en Nueva York, este combo multicultural (por el que corre sangre de México, Estados Unidos, República Dominicana, Puerto Rico, Colombia, Cuba, Alemania, Italia y hasta Australia) es el de unas auténticas súper estrellas.
En su nuevo álbum parten de la tradición mexicana (mantienen la estética, la forma de cantar e instrumentos como el guitarrón, la trompeta, el violín y la vihuela) y se atreven con versiones desprejuiciadas de himnos rock como ‘Clandestino’ (Manu Chao), ‘Florecita rockera’ (Aterciopelados), ‘La tierra’ (Ekhymosis) y ‘De música ligera’ (Soda Stereo) trazando, de paso, un camino que recorre las venas de la música latinoamericana.
José Fajardo.
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