Uno de esos ejemplos es el de Fruela 757, el proyecto del productor y artista gijonés Javier Suárez Rodríguez, que ha bautizado a su álter ego como el que fuera rey de Asturias entre los años 757 (de ahí el ‘apellido’ de su proyecto artístico) y 768 e hijo de Alfonso I y la reina Ermesinda, y que desde este tan mítico como mitológico e historiográfico nombres nos va dando información de la genética de su propuesta: proyectar el contexto cultural y sonoro histórico de su Asturias natal pero visto por las derivas de la música contemporánea.
Es algo que lleva haciendo desde 2008, cuando comenzó a imaginar conceptos como el de “reggaetoná”, “tonadub”, “hip folk” o “electrad”, que quizá en su momento sonaban a chino pero que, con el correr de los años y la expansión de proyectos en América Latina y España de la talla de Nicola Cruz, Baiuca, Chancha Vía Circuito, El Búho o Tremor, entre muchos otros, han ayudado a perfilar la etiqueta común de “folktrónica” a la vez que refrendar esta fusión posmodernista y, a la vez, reivindicadora de las raíces ancestrales y los códigos más identitarios de los pueblos.
Eso es lo que ha hecho Fruela 757 en sus casi diez álbumes y en sus decenas de singles que únicamente podemos escuchar en plataformas como Bandcamp y Soundcloud, fuera de las plataformas digitales habituales, pero manteniéndose al margen de ser refrendado por el circuito y de verlo siendo un habitual de carteles de festivales y eventos, lamentablemente. Y es una pena precisamente porque su propuesta es una de las más vanguardistas e impredecibles del circuito, como vuelve a demostrar en su flamante nueva producción.
“FABRIL” sigue buceando entre esas fronteras imaginadas entre jota y tonada asturiana y acercamientos al dub, a la electrónica de club, al footwork, al reggaetón o al synthpop, entre otros géneros que se funden en las catorce nuevas canciones y casi una hora de duración. Un artista que es contracultural hasta para mover su proyecto, pero, y sobre todo, para armar un repertorio con ecos a una suerte de nu-disco por la oficialidá (“SXGAR_CON_XEITO”), al bakalao jotero (“XOTX_211”), a la cumbia-dub con aroma a sidra (“RXMX”), al tecnopop moroderiano y rondero (“TRAX (DANZE GIORGIO)”) o a la ronda por el footwork astur (“MEDIX_VUELTX”) por una vía que esquiva la elegancia y la finura y apela a la frontalidad más cruenta. Un artista imprescindible que, ojalá, empecemos a ver más en el circuito.
Alan Queipo.
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