Bienal de Venecia: el futuro es hoy
Mujeres, países laterales y el Papa están de moda, quizás el mundo camine en una buena dirección.
La Bienal de Arquitectura de Venecia, que concita tantos o más visitantes que la de arte, se ha propuesto este año ser la más moderna de todas las bienales y para ello ha hecho tres cosas obvias pero muy esperadas. La dirección artística de este año ha recaído en dos mujeres arquitectas de mediana edad “la arruga vuelve a ponerse de moda”, grandes profesionales sin una gran fama pero con mucho respeto en un mundo tan masculino.
Además de mujer y madura, la bienal ha concedido el León de Oro al arquitecto portugués Soto de Moura. Porque Portugal se está convirtiendo en el Nueva York del Mediterráneo y lo demuestra con su creatividad y la llegada de artista dispuestos a aposentarse en el país cercano tras las huellas de Madonna que puede presumir de saber de “qué va la cosa”
Por si esto fuera poco, El Vaticano, de la mano de un hombre que adelanta a todos los progresistas por la izquierda y sin mirar el retrovisor, ha aceptado por primera vez formar parte de los países en tan magna exposición. Para ello, ha recurrido a los grandes de la arquitectura mundial, desde Soto de Moura hasta Foster pasando por otros igualmente reconocidos, para plantar en una isla de la laguna doce capillas que están siendo lo más aplaudido de la Bienal.
Mujeres, países laterales y el Papa están de moda, quizás el mundo camine en una buena dirección. Pero aún hay más, porque las directoras de esta Bienal no solo anuncian una nueva era sino que Shelley McNamara e Yvonne Farrell de Grafton Architects con sede en Dublín, dicen que la arquitectura debe ser experimentada por el cuerpo y la mente, por las manos y el tacto, así como por los ojos y la vista.
Como si fuera una declaración de principios, el título propuesto, Free Spaces, recupera un lema efectivo de la bienal, citado por Farrell y McNamara, y no es otro que declaración del arquitecto español Alejandro de la Sota que decía que los arquitectos deben “hacer la mayor cantidad de nada posible.“