Es el caso de “=EP8”, un álbum con título de personaje de Star Wars pero que genera una coalición, por un lado, de dos prestigiosos músicos argentinos de raíces diferentes, pero, sobre todo, es un ejercicio de construcción de un imaginario sonoro paisajista, accidental e incidental, que bascula entre la indietrónica experimental, el free jazz digital y la banda sonora de una película imaginaria.
Los culpables son, por un lado y a las programaciones electrónicas, el patagónico Lisandro Aristimuño, uno de los cantautores argentinos más importantes de lo que llevamos de siglo; con un código que siempre ha sabido combinar la tecnología con la mirada de autor, en un registro que siempre se lo ha comparado con artistas como Thom Yorke, Bon Iver o Jorge Drexler. Por otro lado y a las guitarras mutantes, el rosarino Fernando Kabusacki, uno de los grandes popes de la guitarra argentina más experimental y jazzera; además de ser un músico que ha tocado con iconos como Charly García, Tricky, Juana Molina, Robert Fripp o Jim O’Rourke, entre otros.
Juntos, firman un álbum que es un imaginario de constelaciones paisajísticas. Con momentos en los que coquetean con cierta mirada de raíz (“Paisaje”), con otros en donde rescatan psicofonías digitales para componer ritmos (“Noctámbulos”), otros en donde desarrollan la vis más “Kid A” del álbum (“Astronautas”), otros en donde firman una suerte de viaje vaporosamente orgánico (“Aire”), otros en donde rehacen el ruidismo incidental (“Moléculas”) o donde juegan a la suite operística (“TV”). Un viaje por las profundidades de los cables y la posibilidad absolutamente libre de que la música orgánica y los fallos de sistema se abracen en el momento justo.
Alan Queipo.
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