Cruz Cafuné encarna esa diversidad: tinerfeño de origen venezolano, desde chiquito ha estado conectado con el reggaetón, la salsa, la cumbia y otros ritmos sudorosos. A eso suma su pasión por el hip hop de corte clásico y una curiosidad que ya apuntaba con su colectivo Broke Niños Make Pesos, donde coincidió con otros incipientes talentos como Choclock, hoy uno de los productores más brillantes del neo r&b.
En su debut en solitario, el muy recomendable ‘Maracucho bueno muere chiquito’ (2018), el artista ya apuntalaba las bases de su propuesta: temáticas en torno a sus creencias espirituales, cierta denuncia social, la ambición en su carrera y la realidad de los barrios en su tierra. Después llegó el bombazo junto a Don Patricio en el single ‘Contando lunares’, que puso su nombre en la órbita de la industria.
En ‘Moonlight922’ (en el título juega con el concepto de la luna llena y el prefijo de Santa Cruz de Tenerife) demuestra su versatilidad: tan pronto se acerca a su vertiente más melódica y romántica (‘Balaperdida’) como le tira a genios del rap yanqui como Kendrick Lamar (‘Mina El Hammani’). Además se rodea con acierto de voces femeninas (la ex triunfita Alba Reche y otras de las grandes promesas canarias, Sofi de la Torre) y de productores que están dibujando las nuevas tendencias urbanas (r&b y soul futuristas) como Flavio Rodríguez.
José Fajardo
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