Cuarentínimos Para la Cuentena: Volumen 1 y 2 (Milenio Editorial, 2020)
Pero no escribir cualquier cosa; sino convertir su día a día de encierro obligado en una suerte de diario surrealista, con forma de cuento poético, de elegía confinada, de performance lírica, de rutina artística. De aquella rutina, en un año donde pocas cosas se han salvado, estos “cuentínimos” se han convertido en mucho más que piezas literarias: ahora, forman parte de una suerte de película surrealista para el oído que bien podría haber dirigido Luis Buñuel, pero que conforman una suerte de falso audiolibro más cerca de un disco para librerías, de un happening literario para centros de arte, de supervivencia desde el fondo de las letras para superar el abismo.
“Una vacuna para la mente”, “un contragolpe de luz para un año de mierda” o “un menjurje de realidad aumentada, prosa, gráfica, música, cine, edición”, “la primera pelíbrula del 2020 -y la única-” es el intento forzoso que hacen desde la vanguardista editorial mexicano-madrileña Milenio Editorial, por intentar definir lo indefinible. Y se acercan bastante, he de decir.
Los dos ¿álbumes? o ¿volúmenes? que componen estos “Cuarentínimos para la cuentena”, cuentan no solo con el contenido lírico en voz de los propios Hernández y Rep; sino que también están musicados por piezas sonoras que hacen las veces de paredes casi de arte sonoro, compuestas por Sebastián y Santiago Hernández (hijos de Jorge y dos tercios del grupo Zuaraz) y Rodrigo Grillo Grillasca.
Además, este material formará parte de un libro que no solo se podrá ver y tocar, sino que tendrá un fuerte componente gráfico y audiovisual a través de la realidad aumentada. Una fantasía al alcance de cualquier ser humano que tenga alguno de sus sentidos mínimamente activados, para activarlos máximamente.
Alan Queipo
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