Me refiero a esa generación que vio crecer a Conociendo Rusia, Salvapantallas, Luca Bocci, El Zar o, sí, Isla de Caras: un proyecto que sorprendió al circuito tres años atrás con un repertorio redondo como el de “Chango”, que los colocaba en una órbita en donde la psicodelia de autor se entremezclaba con el cantautorismo indie, dejando una legión de hits que son ahora refrendados e incluso superados por “Una caricia”, un álbum que es un bálsamo pop generacional.
En el segundo álbum del cuarteto argentino que capitanea Lautaro Cura el armazón pop sigue siendo el que gobierna en las diez canciones, pero también hay arreglos que los acercan al jazz (como se demuestra en la casi dub “Un planeta aparte”) e incluso a la bossa nova (en esas flautas endemoniadas del hit “Partenaire”); pero también hay excursiones a la lisergia intimista (“Los dientes”), hits para apretar con ecos a los 70s (“Una caricia”) y melodías pop redondas que recuerdan al Gustavo Cerati de “Siempre es hoy” (“Tan cerca” o “Todo el universo”).
Alan Queipo.
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