No sólo eso: en su álbum conjunto ‘Oasis’ (2019) llama la atención que el mejor tema (quizá el único que realmente saca buena nota) sea ‘La canción’, el más Bad Bunny y el menos J Balvin de todos: es nostálgico, intimista y sensible. En realidad, el camino de ambos se va bifurcando cada vez con más claridad. Mientras el conejo malo sigue aprovechando su altavoz para denunciar causas sociales (la diversidad sexual, las drogas, la corrupción en su país), el reggaetonero cada vez está más enfocado en una visión mainstream y comercial de su música, aspirando a convertirse en un artista-empresario como lo pueda ser Kanye West.
Así es como debemos entender este disco, como un producto. Digno, por supuesto, pero producto al fin y al cabo donde lo más importante, por desgracia, parece el envoltorio: los espectaculares videoclips perfectamente calculados que fueron precediendo al lanzamiento (‘Rojo’, ‘Morado’, ‘Blanco’ y ‘Amarillo’), la alianza con el artista Takashi Murakami para sumar cierto impacto visual y, de paso, el anuncio de forma paralela de su propia línea de ropa.
A nivel sonoro este es un buen disco de reggaetón: variado, divertido y bailongo, avanza con flow. El problema es la simpleza (por no decir el vacío) en las letras, valga como ejemplo el estribillo de los cuatro singles: “Como te explico no me complico, a mí me gusta pasarla rico” (‘Amarillo’), “Me dan ganas de ti, te dan ganas de mí, a la misma hora” (‘Rojo’), “Yo pedí un trago y ella la botella, abusa siempre que estoy con ella” (‘Morado’), “For real made in Medellín, te lo doy sin que tengas que pedir” (‘Blanco’). Un vacío clamoroso cuando lo comparamos con ‘Vibras’ (2018), un trabajo que hoy todavía se siente visionario.
J Balvin emprendió estos dos últimos años un camino junto a Bad Bunny (y otros muchos artistas) para reivindicar con orgullo la bandera latina, especialmente frente a los ataques diarios del presidente Trump en Estados Unidos. Han marcado una época en la industria de la música pero ahora es el momento en que cada uno muestre su verdadera grandeza. ‘Colores’ no es, desde luego, el disco ambicioso y arriesgado que sus fans más exigentes esperaban del colombiano.
José Fajardo
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