Parece que la nueva Julieta Venegas comienza a florecer en otras direcciones opuestas al del mercantilismo pop en el que el imaginario colectivo sitúa su registro. Buena cuenta de ello es “La Enamorada”, un álbum que es, a su vez, la banda sonora de la obra de teatro unipersonal que protagoniza en Argentina. Un cancionero mínimo y leve, que ayuda a poner palabras y música a un monólogo interior dirigido y escrito por Santiago Loza, y que a través de estas canciones; que en el disco se mueven entre las nanas folk, las confesiones musicadas, las microsinfonías y los arreglos de cuerda, pero que en directo nos presentan a una Venegas acompañada solo por su voz y un ukelele; abren un nuevo campo de entendimiento para una artista que ha decidido revolucionarse a sí misma para revolucionar a los demás.
Alan Queipo
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