Nicki Nicole – Parte de mí (DALE PLAY Records / Sony Music, 2021)
Entre todos ellos, Nicki Nicole es una de las candidatas a hacerse con un peculiar trono. Ese que pilla seguidores de la facción urbana más ortodoxa, pero que parte de una base r&b y de pop 90s que recuerda a Christina Aguilera (con quien acaba de colaborar), Aaliyah, Sugababes, Janet Jackson o las Destiny’s Child.
Y es precisamente en ese registro en donde la personalidad de Nicki Nicole recoge su mejor registro y, de algún modo, se distancia del veneno del reggaetón global al que parecen estar exigidos todos los artistas del nuevo pop, especialmente si son latinoamericanos. Hay momentos en los que las garras de la industria no le permiten escapar de ello (como en “Sabe”, junto a Rauw Alejandro o “Toa la vida” junto a Mora) pero, por lo general, la argentina sí consigue armar un repertorio que, aunque no todo lo sólido que debería ser un álbum que podría haberse visto como fundamental, sí deja algunas de las mejores perlas del pop negro en español de los últimos años.
Especialmente cuando parece trasladarnos a las producciones de finales de los ’90, con ecos que van desde las producciones de la factoría sueca a las boy bands o a Britney Spears, pero también a registros que nos pueden recordar al Diddy productor. Me refiero a temazos como “Darling”, “Baby”, “Mala vida” o “Me has dejado” o incluso cuando se acerca a medios tiempos con ecos a D’Angelo o Christina Aguilera como “Si vos me lo pedís”, “Parte de mí” (su propio “Beautiful”) o “Dangerous” o cuando se descarga a tientas entre el trap y el neosoul que la dio a conocer en canciones como las explosivas “Tengo to” o ”Colocao”.
Un álbum que debería situar a Nicki Nicole como una de esas reinas del revival pop 90s pero asimilado por una artista nacida en el siglo XXI; y no como una artista más en la insondable bolsa del “movimiento urbano”.
Alan Queipo.
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