Pablo López – UNIKORNIO: Once millones de versos después de ti (Universal Music Spain, 2020)
Sigue costándole lo suyo quitarse ciertos sambenitos adheridos a formar parte del show business y del establishment de la mercadotecnia de las multinacionales; pero sus últimos ejercicios son prácticamente un milagro para la música comercial. Por momentos, sus álbumes parecen concebidos más como obras de pop sinfónico, pensando más en los climas y en la construcción de unas temperaturas épicas que lo acercan tanto a Jay-Jay Johanson o a Sigur Rós que a la enésima copia devaluada de Alejandro Sanz.
Lo ha demostrado desde el principio, pero sobre todo fue a partir de su anterior placa, “Camino, Fuego y Libertad”, que se percibió una comprensión de que su registro era otro: el de una suerte de Elton John con una fiereza interpretativa arrolladora y con matices heredados tanto de la música sinfónica y orquestal como de las producciones de artistas de los países nórdicos.
Con “UNIKORNIO: Once millones de versos después de ti”, consigue componer su obra más conceptual, la menos dependiente de singles efectistas, manteniendo esos embistes épicos en sus interpretaciones, pero también acercándose a un público mainstream desde variaciones clásicas (“Tempo”) hasta guiños indietrónico-sinfónicos de aires flamencos (“ImaginaTú”), nanas desgarradoras (“7”), la BSO de una película imaginaria con aires a The Postal Service (“La niña de la linterna”), acercamientos a un rock sinfónico casi metalero (“Viba”) y hasta, incluso, un puñado de hits melódicos de radiofórmula inventada para que Universal no se desesperen ni se pongan a llorar (“Mariposa”, “Unikornio” y “MámaNo”).
Alan Queipo
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