Mor-discos
Duró poco aquello. Antes de publicar su debut, se despidieron. De ahí que “Debut y despedida” se convirtiese en un álbum de culto y en una suerte de coitos interruptus para una banda con una genética singular: un crooner tan tanguero y abolerado como ácidamente afrancesado, arropado por un guitarrista de corte surfer y un ravero encapsulado en una banda tan ciclotímica e indefinible como inabarcable.
Han pasado más de veinte años desde aquello, y San Martín Vampire aprovecharon la cuarentena para reencontrarse del otro lado de las pantallas y cranear un regreso que se traduce en “Aspic”, un álbum que, contra todo pronóstico, no solo mantiene la frescura de aquel proyecto a pesar de que sus miembros tienen más de dos décadas encima; sino que siguen sonando tan marcianos como entonces: fundiendo electrónica, canción melódica, guitarreo noventero y programaciones psicodélicas.
Gracias a San Martín Vampire se entendió la expansión del sonido de proyectos globales como Babasónicos o Miranda!, pero con las nueve nuevas canciones que presentan demuestran por qué son una banda necesaria: tan cerca de la inabarcable idiosincrasia de Sumo (“Montecristo”) como de unos Soft Cell embadurnados en Siglo XXI (“Carhué Cuarenta (Heathcliff, It’s Me)”), de una suerte de Armando Manzanero intervenido por Ariel Pink (“Perlas”), de un Trent Reznor firmando una colabo con Urge Overkill (“Fórmica”) o de una vía alternativa para el electro-circense de vodevil (“Nikov”). Todo indica que San Martín Vampire lo han vuelto a hacer. Pero, ahora, estando vivos.
Alan Queipo
Playlist





Inicia sesión con tu usuario Gladyspalmera o con una de tus redes sociales para dejar tu comentario.
Iniciar sesión