Ese hábitat que ella consigue identificar y cazar al vuelo los migra inmediatamente a su show radiofónico semanal, creando una suerte de hilo musical que es también una escena de artistas latinoamericanos que conectan con la música tradicional de sus países, pero que también hay una mirada vanguardista y moderna sin perder el objetivo central: que aquí se baila.
Ahora, también se baila en el recopilatorio que Coco María saca en coalición con el prestigioso sello suizo Bongo Joe, que a lo largo de los últimos años ha sido casa discográfica de artistas contemporáneos de circuitos como el latinoamericano o el centroeuropeo como Meridian Brothers, YĪN YĪN, L'Eclair o Hyperculte, entre otros, pero también ha recuperado joyas perdidas de artistas desconocidos de países como Santo Tomé y Príncipe o Malaui, entre otros, o curado, como es el caso de este “Club Coco”, curado recopilatorios que son una absoluta maravilla babélica y rítmica.
En este caso, además de captar el espíritu del programa y el registro selector de Coco María en sus sesiones, también se respira una sensación de comunidad bailonga, vanguardista y folclórica transnacional. Tanto cuando se proyecta el gen colombiano en propuestas como las de La Perla, Meridian Brothers, Romperayo o Frente Cymbiero, como cuando se escarba en la facción británico-babélica de Malphino, en la psicodelia afrolatina del neerlandés Nico Mauskovic, en el funk-lounge hawaiano del francés Graham Mushnik o en los aires balcánicos de los franco-criollos Les Pythons de la Fournaise.
Alan Queipo
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