Xoel López – Si mi rayo te alcanzara (Esmerarte / Sony Music, 2020)
La multa que se impone el coruñés en “Si mi rayo te alcanzara” es la de finalizar su etapa declaradamente latinoamericana (la de la trilogía que arrancó en “Atlántico”, continuó en el cuasi futurista y poliédrico “Paramales” y culminó en la oscura mirada noctámbula y de interior “Sueños y pan”) y abrir una nueva: la que mantiene ciertos tics y ritmos de esa etapa latina que sirvió para acabar con su pleitesía anglófona e indie de Deluxe; pero también abre un paraguas a una ristra de miradas sobre cómo deben ser los cancionistas de mirada horizontal.
¿Qué hace un cancionista como Xoel en un disco como este? Pues mirarse a sí mismo de otra manera, deconstruir su registro, pero permanecer como un referente de una canción de autor sin ataduras. Ni ataduras de herencia latina ni en la ortodoxia de la canción de madera ni saltos mortales hacia terrenos ambiguos. Todos los xoeles que habitan en Xoel suenan en este nuevo ábum.
Con aliados como David Quinzán a la composición, Carles Campi Campón (productor de Jorge Drexler, Vetusta Morla, Natalia Lafourcade o Martín Buscgalia, entre otros) a la producción y voces como las de Ede, Gaby Moreno o Alice Wonder; López encuentra puntos de fuga en sí mismo: tanto cuando parece sonar a una suerte de híbrido entre Rufus Wainwright y Pablo López (“El destello”) como cuando nos pone a bailar en una bachata indietrónica (“Tigre de bengala”), cuando escribe su propio “Let It Be” (“Joana”), o cuando firma una falsa murga-canción de mirada universal (“Alma de oro”), un pop de autor caribeño (“Dancehall”), un regreso a cierto ramalazo indie-folk americano (“Catarata”) o un arrojo tan cerca de The Postal Service como de The Divine Comedy (“Vanpiro blanco”).
Alan Queipo
Inicia sesión con tu usuario Gladyspalmera o con una de tus redes sociales para dejar tu comentario.
Iniciar sesión