Como muestra no necesitábamos ningún botón porque la obra de León Larregui y compañía habla por sí sola; pero desde Universal Music México pusieron en marcha un ejercicio de culto y pleitesía a Zoé: un álbum tributo en el que doce artistas de renombre internacional y de registros muy diferentes han conseguido rehacer, reconstruir, resignificar y redmensionar parte del repertorio más celebrado de la banda mexicana.
Manteniendo, por lo general, cierta languidez adherida a la genética de las canciones, a medio camino entre una psicodelia de autor, un pop alternativo de altos vuelos y un carácter entre opiáceo, indietrónico y espectral; este tributo consigue acercar el repertorio de Zoé a espacios sonoros como la ranchera, el reggae, la rocktrónica o el country.
Tanto cuando un icono del flamenquito pop español como Manuel Carrasco le da un aire orquestal.espectral, como cuando un referente del mainstream latino como el colombiano Juanes se pone a juguetear con estructuras rocktrónicas, como cuando la sensibilidad pop-folk de Caloncho consigue elevar el romanticismo melódico, como cuando entran a jugar los radioformuleros Morat, como cuando el rey de la ranchera Alejandro Fernández resignifica la mítica “Arrullo de estrellas”, como cuando Rawayana llevan el registro de Zoé al reggae, como cuando la fiereza pop-clórica de Mon Laferte acerca a una suerte de falso country otra de las canciones, el repertorio de Zoé cobra nuevos y altísimos vuelos.
Alan Queipo
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