Ritmo Fantasía: Balearic Spanish Synth-Pop, Boogie and House (1982-1992) (Soundway Records, 2021)
Así lo deja claro Ritmo Fantasía, el magno recopilatorio en el que el coleccionista venezolano y productor musical residente en Berlín, DJ Trujillo, rescata del olvido hasta 21 canciones que no pertenecen a ningún imaginario icónico ni a ninguna tendencia al alza, pero que sí que proyecta un relato: el del germen de varios movimientos musicales que, sin ser tendencia en aquella época, estaban germinando lo que serían escenas importantes en la música pop de vanguardia de las siguientes décadas.
Nombres absolutamente desconocidos y que formaron parte del underground español entre los años 1982 y 1992 que exploran en las cavilaciones de un disco de corte funk, un groove del boogie electrónico, un proto-chill-out que luego se exportaría a las sesiones de Café del Mar en Ibiza y hasta tics que coqueteaban con el rap o la folktrónica.
Músicas sensuales y para hacer petting en una puesta de sol (I Love My Body o Costa verde), hits que se debaten entre la inocencia y la sexualidad explícita (Suave, Rebelde silueta o Me vas cantidad), bajos y estructuras que renovaban los elegantes postulados de La Mode o Golpes Bajos (Amor en el cielo o Jamás me casaría con un pirata), música de ascensor en diálogo directo tanto con Kenny G como con Semen Up (Divorcio o Ciutat), contracciones folktrónicas impensables en aquellos años (las explícitamente descriptivas Arabian, Tango? o Flamenco Rap) o música disco para proto-bakalas (Tabu o No estás).
Pura magia encajonada en un baúl que menos mal que alguien ha abierto de una vez y que ayuda a entender de dónde vienen varias de las derivas sonoras de los últimos treinta años en nuestro país.
Alan Queipo.
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