Amy Winehouse: una voz negra con final en negro
A Amy la devoraron el alcohol, las drogas, los medios de comunicación, sus amores y sus propios demonios.
¿Fue Amy una bad girl o no pudo con el peso del éxito? Como toda cantante icónica y con una vida muy breve, Amy ya tiene quien la cuente. Su película se estrenará en julio y su familia reniega de lo que en ella se cuenta.
“Cuanto más conoce la gente sobre mí, más se da cuenta de que en lo único que soy buena es para hacer música”, dice la cantante de soul mirando a la cámara, en una parte del emotivo documental, dirigido por Asif Kapadia y que recientemente se ha estrenado en el Festival de Cannes.
El documental narra la triste loca y triste vida de Amy. La irremediable amarga historia de la cantante se relata a través de imágenes de archivo, declaraciones del ex marido y amigos. A Amy la devoraron el alcohol, las drogas, los medios de comunicación, sus amores y sus propios demonios. Cóctel excesivo para cualquiera.
El director que es un cineasta reconocido, recibió varios premios por el documental que hizo sobre el piloto automovilista Senna. En esta ocasión ha hecho en Amy un retrato de una vida en negro que en el color del éxito, tratando a Winehouse como víctima del éxito y otros cariños más cercanos.
La cantante -que luchó con las drogas, el alcohol, la depresión y la bulimia- estuvo literalmente perseguida por el morbo de la prensa que buscaba retratar los peores momentos de su vida. Llegó un momento que prestaban menos atención a sus extraordinarias canciones y voz que a sus tropiezos en la calle y los escenarios. También Winehouse redefinió lo que hemos venido a esperar de una estrella del pop.
En lugar de ser como casi todas las estrellas de la canción, le encantaba el pelo colmena, el exceso de eye-liner y tenía un cariño más que importante por el animal-print y los tatuajes. Karl Lagerfeld la reclamó como su nueva musa en 2007 y envió modelos beehived –así se llamaba su estilo capilar- por la pasarela de Chanel.
Amy era diferente y su hermano dice que probablemente era la amiga más leal a su gente. Más adelante, añade: “ella era una persona muy buena y horrible, ambas cosas”.
De padres judíos, de adultos ninguno de los hermanos era particularmente religioso, pero se sentían culturalmente judíos. Amy estaba destinada a seguir cocinando la famosa sopa de pollo para sus más cercanos.
Pero en realidad, fue una de las más grandes, la que vendió millones de discos y que desgraciadamente como en una premonición de su famosa canción, su vida se fundió demasiado pronto a negro.
For ever Amy.