Resuenan en ‘Adoretua’ ecos a Mikel Laboa en canciones como ‘Ez Zinen’, a esa poesía del folcklore vasco de una belleza irreal impregnada en las raíces talladas en lo más profundo del alma, pero también con conexiones invisibles a esa escena del folk etéreo anglosajón comandada hace unos años por Joanna Newsom, aunque también podríamos decir que es una Maria Arnal en clave lo-fi o su reverso bedroom pop, y hasta compararla con el fuego inspirador que transmitió en sus momentos más inspiradores Reserva Espiritual de Occidente.
Podríamos citar muchas otras propuestas que se acercan en algún detalle a lo que está haciendo Verde Prato pero jamás lograríamos describir su música, un torrente con un sonido único que se desborda por los oídos hasta ir alterando todos los centros del organismo que estimulan los sueños y la creatividad. Con su voz como pilar para derribar fronteras mentales, recogiendo la herencia de los cantos populares de su tierra y con sutiles ingredientes de electrónica minimalista, Ana Arsuaga dibuja con sonidos parajes que todos deberíamos visitar más a menudo.
José Fajardo.
Inicia sesión con tu usuario Gladyspalmera o con una de tus redes sociales para dejar tu comentario.
Iniciar sesión