La Bomba de Tiempo, la batucada del pop
El tiempo no se detiene para este colectivo con forma de orquesta tribal.
Ni es un pasacalles tribal, ni una batucada ordenada, ni un corso pop, ni el seleccionado nacional argentino de percusionistas; y, a su vez, La Bomba de Tiempo sí son todo eso (y unas cuantas cosas más). Lo que nació trece años atrás en la mente de Santiago Vázquez, casi como una manera de poner en común la técnica del ritmo con señas, acabó convirtiéndose en una plataforma en movimiento, en un espectáculo que semanalmente pone banda sonora a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y, a la vez, en una manera de construir, desde la intuición más tribal, pero también de las miradas y de los códigos que la música posee, un nuevo folclore ritual.
Hay murga, hay candombe, hay tribalismo rioplatense, suena la herencia africana que se manifestó sobre todo en regiones de Uruguay y Brasil, pero en práctica desde la capital de Argentina. Pero, sobre todo, el sonido de La Bomba de Tiempo (más que una banda, un colectivo con forma de orquesta tribal que da a luz un ritual que no repite patrones y que siempre es distinto) se construye en un work in progress perpetuo, en una democracia participativa guiada no solo por un director que va ejerciendo como tal de forma rotativa (desde que hace cinco años Vázquez abandonara el proyecto, se reparten la jefatura casi aleatoriamente entre los 16 percusionistas que forman parte del proyecto), sino por el arte del impulso, de la improvisación, de lo que está sucediendo en ese mismo instante.
Es normal que vengan a la cabeza referentes como los de Barbatuques, Mayumaná, Los Mutantes del Paraná, Minino Garay, Xosé Lois Romero & Aliboria o La Chilinga (posiblemente el precedente argentino anterior a La Bomba de Tiempo). Pero el sonido murguero, tribalista y timbalero de La Bomba de Tiempo se convirtió en un fenómeno a la vez pop, turístico y divulgativo.
Y es que proyecto posee todo ese empaque de “exposición musical” de la técnica de Ritmo con Señas (un lenguaje de más de 90 señas y miradas entre los músicos que va construyendo la canción sobre la mecha; una rara avis que es, también, su principal atractivo: ningún show es igual que el otro), pero también su capacidad de acercarse a estilos y artistas de géneros reconocibles, generando comunidad (nombres como los de Calle 13, Café Tacvba, Jorge Drexler, Jarabe de Palo, Rubén Rada, Natalia Lafourcade, Bersuit Vergarabat, Illya Kuryaki & the Valderramas, Damas Gratis o Los Auténticos Decadentes colaboraron con ellos, entre muchos otros): no hay artista que se precie, que se anime a decir que no a sus performances en directo.
Con algunos de ellos es con los que se animaron no solo a ser un grupo-performance; sino también a abrir una nueva vía: la de las canciones propias, y la de las canciones registradas para siempre. En ese terreno, el grupo ha publicado un álbum en directo hace cinco años, La Bomba de Tiempo en Buenos Aires (Autoeditado, 2014) y, en los últimos dos años, se han animado a meterse en el estudio, con canciones como Near the Drums (con Kevin Johansen a la voz), Buenos Aires Bomba (con Julieta Venegas como vocalista) o Mira el Mar, sin nombre propio aliado de peso atrás.
Pero, donde realmente se ha forjado el fenómeno de La Bomba de Tiempo, ha sido en sus citas semanales en directo, siendo prácticamente parte del paisaje porteño cada semana. Y es que llevan doce temporadas tocando religiosamente cada día lunes en el Centro Cultural Konex, uno de los espacios culturales y de difusión de artes escénicas y música en directo de referencia en la capital argentina. Los “Lunes Bomba” son, a día de hoy, no solo un singular encuentro con la música en directo y con la raíz más rítmica y rioplatense latinoamericana; sino también en un atractivo turístico que la propia Ciudad de Buenos Aires ha declarado “De interés cultural”.
Así lo han demostrado las más de cinco millones de personas que han desfilado por sus actuaciones a lo largo de todos estos años, y así lo demostrarán ahora en Europa, en una gira que los traerá a Berlín (el 27 en la Sala Yaam), Londres (el 28 en Islington Assembly Hall), Madrid (el viernes 29 en la Sala Copérnico) y Barcelona (el sábado 30 en la Razzmatazz); y que para su concierto madrileño contarán con Mr. Kilombo y Antonio Ramos como artistas invitados y con La Pegatina en el de la capital catalana.