Tabaco y sus Metales

Primer tiempo

Nos citamos en el pequeño apartamento que yo habitaba en la avenida Baralt de Caracas. Me llamaba la atención que en el Sexteto Juventud se sentía la salida de Tabaco. Y no se trata que el Sexteto Juventud no siguió haciendo lo suyo, pero le faltaba como una pata a la mesa, la verdad. De alguna manera Tabaco también medio cojeaba, en nuestro concepto.

Llegó puntual y se sintió muy cómodo en casa porque el hogar era tan modesto como él; el nacido en Caracas el 15 de septiembre de 1943. Era 7 de mayo de 1984. La entrevista saldría publicada el domingo 13 de mayo de ese mismo año en El Nacional.

Luego del café reglamentario Carlos Quintana nos contó que desde pequeño lo suyo fue el trabajo. Había que ayudar en casa. Ya a sus 12 años era discípulo de Panchito Mandefuá y se dedicó a gritar por las calles “Limpio pulío, limpio pulío”. Era limpiabotas a mucha honra, y el pregón de su oferta le abrió las ventanas de la música. También vendía periódicos, hacía mandados y dibujaba modelos de trajes para damas. A los 16 años Carlos ya sabía que su “limpio pulío” desembocaba en el ritmo y la melodía. Alto, muy alto y flaco, muy flaco. Tabaquito lo llamaron y Tabaco se quedó.

A los 18 años no le  importaba la brega diurna. Lo sabroso venía después, en la noche caraqueña que, como cómplice de sueños y tertulias lo amparaba en las escaleras del bloque 44 del 23 de enero para escuchar los ensayos de un grupo que se estaba formando allí. De tanto pararse a escuchar fue conociendo a los integrantes de la agrupación, y en lo que se produjo la primera ausencia entró Tabaquito a tocar el bongó.

Ese grupo se conocería con el nombre de Sexteto Juventud y en él pasó por casi todos los puestos musicales. Fue timbalero sustituyendo a Leo Pacheco y cuando se presentó la oportunidad de grabar el primer 45 rpm para el sello Velvet, tuvo que hacer las veces de cantante… y el tema clave, Guasancó, le salió bien. El asombroso parecido del timbre de voz con la de Ismael Rivera se sumaría a la calidad interpretativa y autoral, y haría maravillas para imponer al Sexteto entre la juventud salsosa.

Fue una época muy rica. Manifestábamos la influencia de Joe Cuba pero creamos un estilo que no ha podido ser superado. Trabajamos muy duro: hasta 16 bailes seguidos por semana y con todos los hierros porque en un sexteto se es bueno o se es malo. La orquesta completa puede tapar los errores del vocalista, pero la instrumentación del sexteto no permite sino calidad.

Tocó  y cantó alternando con los grandes. Ya sus temas tenían identificación clara en las multitudes: La cárcel, Mi calvario, Caramelo e’ chocolate, Cuando llora un hombre, en fin, los grandes éxitos del Sexteto al que un día de 1973 decidió abandonar. Ni Olinto Medina ni Carlos Quintana dieron razón de las causas del alejamiento. Uno las supone, pero se las guarda también.

Tabaco formó su propio sexteto: Nadie me conocía como individuo y me las vi duras para darme a conocer. Inclusive una vez viajamos a Colombia con (nada menos que) Renny Ottolina, Ruddy Márquez y Los Tres Tristes Tigres, y ante 40.000 personas me sentí perdido. Tan sólo cuando empecé a cantar Mi calvario sentí la ovación más cerrada que haya oído y comprendí que sí era conocido, pero por mi anterior etapa.

Carlos Quintana, Tabaco y Natividad MartínezNaty, se conocieron en La Vega (parroquia de Caracas). Naty (flautista) estuvo en el sexteto de Tabaco y fue quien le sugirió que incorporara trombón y trompeta a la agrupación. Quedó una sólida amistad, pero Naty siguió su camino de charanga y orquesta. La agrupación de Carlos Quintana quedó convertida en Tabaco y sus Metales. Así llegó a Nicaragua tres meses después de publicada la entrevista de El Nacional. Ya su excelente álbum Homenaje a los Bravos estaba en circulación

Segundo tiempo

Alberto Quintero, un productor muy vinculado a la movida musical cubana llegó directamente a mi cubículo en El Diario de Caracas. Leí lo que escribiste, así que ayúdame a localizar a Tabaco. Queremos invitarlo a un Festival en Nicaragua al que también va Un Solo Pueblo. Inmediatamente lo llamamos. Tabaco dijo que sí, encantado de la vida. Dimas Pedroza que lo acompañaría. Ya para el 20 de agosto estaban en Nicaragua. El I Festival Internacional de la Música Managua 84 se desarrollaría entre el 21 y el 29 de agosto. Asistieron representantes de 24 países.

Cuando le correspondió presentarse los primeros sorprendidos fueron los cubanos de Son 14. También se sorprendieron Pupi Legarreta y Johnny Colón, quienes pensaban que en materia salsosa Venezuela estaba reducida a Óscar D’ León y a la Dimensión Latina. Tabaco no le quitó nada al Sexteto Juventud porque fundamentalmente entonó temas de su autoría como Mi calvario, La cárcel, Caramelo e’ chocolate y otros como Agua de mayo y Tuntuneco, pero cuando entonó Una sola bandera (de su conguero Pablo Álvarez) la cosa se transformó en delirio. Los presentes en el concierto de Managua aprendieron el coro rápidamente y se propagó con rapidez (se viralizó, dirían ahora). Tan fue así que en la clausura del Festival Tabaco se presentó por última vez y los del Son 14 subieron  tras él y le pidieron hacer un ‘todos estrellas’ para entonar Una sola bandera: El negro y el blanco deben tener solo una bandera.

Firmó autógrafos como nunca antes, incluso uno al presidente de Nicaragua; le llovieron contratos. No es mentira Lil, contratos para ir a México, Estados Unidos, Costa Rica, Panamá, Italia, Grecia, imagínate, Grecia… fue a programas de televisión y radio como no lo había hecho en su tierra natal. Incluso fue invitado al Festival de Varadero en Cuba. Tabaco regresó a Caracas. La cotidianidad volvió, y con ella la anhelada proyección internacional se hizo sal y agua…

Tercer tiempo

Sexteto Juventud, Tabaco y su Sexteto, Tabaco y sus Metales, Tabaco y su Orquesta, Tabaco y su Grupo Futuro… ¿Quién iba a decir que el último disco con la voz de Tabaco sería con orquesta ajena? Bueno, ni tan ajena porque era la orquesta de su amigo Natividad Martínez, Naty. Naty se ocupó de cumplir uno de los dos sueños de Tabaco: Un disco en homenaje a Ismael Rivera. ¿Por qué a Maelo?

En una oportunidad Ismael fue contratado para actuar en Caracas y el empresario lo dejó embarcado, sin tener siquiera con qué comer. Para regresar a Puerto Rico comenzó a vender sus instrumentos y yo bajé a La Guaira para comprar el bajo que vendía. Conversé mucho con él y caminando por Macuto (litoral) escuchamos de repente a un grupo descargando. Maelo se montó a cantar, y yo con él. Sólo así se dio cuenta del asombroso parecido de nuestras voces. Apartó su propia angustia y me dijo: “Pa’lante! Ahora es cuando tienes que dar…!”.

Cáncer. Fue internado en El Algodonal, el hospital capitalino especializado en afecciones pulmonares. Allí había estado ingresado el sonero Joe Ruiz, fallecido en febrero de ese año de 1995. Tabaco había comenzado a grabar con Naty  el Proyecto Maelo y no quería dejarlo inconcluso. Naty se las arregló para sacarlo del hospital y llevarlo unas cuantas veces al estudio de grabación. Amistad y perseverancia además del heroico esfuerzo de aquél músico que estaba en las postrimerías de su vida. Aún así no pudo concluir el homenaje a Maelo. Lo que restó lo hizo el vocalista Ángel Flores. El otro sueño de Tabaco era grabar un disco de boleros. No se pudo. Y el flaco, bolereando, era excepcional.

Carlos Quintana falleció el 30 de mayo de 1995 en Los Teques, ciudad cercana a Caracas.  La noticia se regó como pólvora a pesar de los medios de comunicación, estigmatizadores del ritmo de los pueblos.

Los locutores comprometidos, periodistas salseros, músicos por centenas y pueblo por miles, mucho pueblo, desbordaron todo lo previsible para acompañar desde la funeraria cercana a La Vega y hasta su destino de siembra final a aquél Tabaco que cantaba como los dioses.

Han transcurrido 26 años. Ya pasamos el cuarto de siglo de aquella partida y Mi calvario, La cárcel, caramelo e’ chocolate, Una sola bandera, Cuando llora un hombre y todo lo que aquél flaco caraqueño cantó, se sigue radiando y cantando en Venezuela, como si nada.

Es que el privilegio de la eternidad se conquista.

Sexteto Juventud, Tabaco y su Sexteto, Tabaco y sus Metales, Tabaco y su orquesta, Tabaco y su grupo Futuro... Hubo algo más, sumado a colaboraciones y subidas al escenario para "sonear". Eso si, por donde pasó Tabaco dejó huella.

Playlist

1. Sexteto Juventud canta Tabaco Quintana - Guasancó
00:00:10
2. Tabaco y sus Metales - Yo soy sonero
00:02:15
3. Tabaco y su Orquesta - El cantor del pueblo
00:04:40
4. Sexteto Juventud canta Tabaco Quintana - Mi calvario
00:09:20
5. Tabaco y sus Metales - Todo el mundo escucha
00:13:05
6. Tabaco y su Orquesta - Contestación a Mi Calvario
00:18:12
7. Sexteto Juventud canta Tabaco Quintana - La cárcel
00:21:50
8. Tabaco y sus Metales - Una sola bandera
00:28:08
9. Tabaco y su Orquesta - Tabaco y Rosario
00:32:40
10. Sexteto Juventud canta Tabaco Quintana - Command boogaloo
00:37:07
11. Tabaco y sus Metales - La travoltera
00:40:02
12. Tabaco y su Orquesta - Timbalero
00:43:55

Deja tu comentario