La Banda Salsa

La historia de la salsa en España tiene unas raíces de música cubana tradicional llegada desde la isla, de chachachá proveniente de Francia y de músicos emigrantes que dejaron su huella en diferentes ciudades. Sin embargo, todo aquello se veía como un fenómeno exótico y puntual, muy alejado de la música que dominaba el ambiente radial, los festivales y la televisión.

A comienzos de los años 70 la música romántica dominaba el panorama sonoro con alguna presencia del rock. Pero en ese Hit Parade se mantenía la música popular brasileña y el bolero mexicano, y aparecía con mucha fuerza la rumba catalana y las adaptaciones de estándares pop por parte del flamenco. De esos fenómenos surgió el descubrimiento de sonidos afrocaribeños como el boogaloo y de ritmos que sólo con el paso del tiempo se descubrirían que eran puertorriqueños.

Rafael Cortijo e Ismael Rivera, líderes de Cortijo y su Combo, ejercerían una notable influencia en la música de artistas como Chacho, Chango, Peret o El Príncipe Gitano. Por supuesto, ellos también aportaron lo suyo. El éxito de Peret en México caló en el cantante Luis Ángel Silva “Melón”, en su banda Lobo y Melón, y en las cosas que grabó en Nueva York junto a Johnny Pacheco, líder de la Fania All Stars.

Ya existían casos anteriores de influencia europea en América. El cubano Mayito Fernández era el autor de un éxito de Eddie Palmieri y La Perfecta, Lázaro y su Micrófono. Los dos, sin embargo, nunca llegarían a conocerse. Y cantantes salseros como Bobby Cruz, Ismael Miranda o Ismael Quintana eran rendidos admiradores de los baladistas españoles.

Un personaje fundamental en la unión de aquellos dos mundos fue Ramón Pérez, “Ramoncito”, percusionista y cantante cubano que llegó a Madrid acompañado del grupo de baile Las Mulatas del Caribe en 1960, pero que se estableció en Barcelona. Allí entabló contacto con el bolerista Moncho, en ese momento dedicado a la rumba con la banda Wawancó Gitano. El respaldo del sello local Discophon fue fundamental para que grabara varios sencillos de 45 rpm y un LP en 1978. Y su éxito en la ciudad dependió del ambiente bailable nocturno en la zona del Paralel.

Sus compañeros de fórmula eran Omar Cuevas, Pedrito Díaz y Chonguito. La influencia de Díaz llegó a todas las formaciones musicales de aquel tiempo y de las décadas siguientes, hasta tal punto que escribió un libro de partituras básicas, donde hablaba de los diferentes ritmos que cubría la salsa y ofrecía Master-Class para percusionistas aficionados.

Así que escarbando, podemos encontrar a Ramoncito y Pedrito en los conciertos de Dyango, Raúl del Castillo, Los Amaya, Los Choqueros, Bambino, Tomás Ferrán y su Orquesta Apolo, Orquesta Mirasol, Orquesta Platería, Pernil Latino, La Sonora Catalana, Sardineta, La Voss del Trópico, Huapachá Combo, Salsa Gitana, Gato Pérez y la Salseta del Poble Sec. Pero no nos adelantemos.

De Cortijo se pasa a descubrir a Willie Colón y a los hermanos Palmieri y con ellos que muchas de las armonías de la salsa neoyorquina tenían íntima relación con el jazz. Y resulta que la generación musical catalana de tradición académica clásica en esos años 70 estaba volcada en el jazz, la bossa nova y derivados. La irrupción de los sabores tropicales les abren los ojos a otro mundo y eso les lleva a replantearse su estilo.

Barcelona fija tres epicentros de salsa: el Paralel con sus salas de baile, Vía Laietana con un ambiente más jazz, y el barrio de Gracia con su vida bohemia. Y surgen esas bandas que abastecen con su música a un sinfín de locales. Pero el fenómeno llega a toda España y así Madrid, Valencia, Sevilla, Santa Cruz de Tenerife y Palma de Mallorca tienen sus propios ambientes y sus propias orquestas.

Las más destacadas serían, en su orden: Sonora Trinidad, 1972; Orquesta Mirasol, 1974; Orquesta Platería, 1975; La Banda Salsa, 1976; Sonora Catalana, Pernil Latino, Tabaco, 1979; y La Grande de Madrid, 1990.

La Orquesta Mirasol tuvo un origen similar, con varios de los músicos del Jamboree, aunque esta formación nació en la sala Zeleste. Mirasol tenía entre sus miembros originales a Víctor Ammann en el piano, Xavier Batllés en el bajo; Miquel Lizandra en la batería; Pedrito Díaz en la percusión; y Ricardo Roda en el saxo. Comenzaron haciendo jazz & rock, pero el gusanillo de la salsa consiguió que diesen un giro a la música del Caribe urbano. Así, con miembros nuevos en la banda pasaron a llamarse Mirasol Colores.

Cuentan que la Orquesta Platería también nació en la sala Zeleste en la navidad de 1974 por iniciativa de Jaume Sisa (aka Ricardo Solfa) y Joseph Manel. “Hacíamos cosas políticamente incorrectas y eso gustó”, contaría este último recordando aquellos inicios antes de la unión paulatina de algunos músicos definitivos en la escena barcelonesa como Albert Batiste y Gato Pérez.

La Sonora Catalana compartió escenarios y músicos con todos los citados. Es un modelo habitual que ha vivido la salsa en todas las ciudades: los nombres de las agrupaciones cambian, pero el talento individual va rotando. Los músicos son amantes de la noche, quieren aprovecharla al máximo para ganar más dinero, por supuesto, pero también para tocar entre amigos y para experimentar con diferentes formatos. Barcelona es muy dada a ello y eso se volvió a ver a comienzos de siglo XXI en que los músicos tocaban en salas como Antilla y luego descargaban en locales underground como Paramigente.

Lo interesante de la Sonora Catalana, derivada de una de las tantas formaciones que creó Mayito Fernández, es que unió varias escenas: la de los músicos locales como Xavier Batllés (a la postre su gran referente), la de los músicos latinos llegados a la ciudad como Omar Cuevas, y la de los músicos gitanos de Gracia como Ricardo Tarragona.

La mezcla de Pernil Latino fue diferente, pues se centró más en los instrumentos y en el sonido llamativo que podía salir de estos: acordeón, mandolina y guitarra eléctrica, más trompeta, saxo y trombón. Todo esto se debió a la iniciativa de su productor Ramón Farrán, a la influencia de músicos como el cantante Hilario Camacho, y a la combinación de talentos valencianos y catalanes, payos y gitanos.

Ramón Farrán, honorable batería, jazzman y productor del despegue de Los Amaya unos años antes, también fue decisivo en otra formación histórica, Tabaco, que armó en Mallorca en 1979 (no confundir con una banda contemporánea fundada en Sabadell). Esta tuvo el apoyo del trompetista puertorriqueño Luis “Perico” Ortiz, y lo interesante que que incluyó hasta tres guitarristas en su elenco: Pepe Millán, Paco Ballinas y Tomás Graves. Su único LP lo hizo el sello Quality en 1979, pero ha sido reeditado recientemente por Wah Wah Records, a quien se le debe también la reedición de Ramoncito y su Salsa.

En Madrid brilló La Banda Salsa, integrada en su mayoría por músicos colombianos. Colombia ha aportado muchísimo a la salsa española en todas las épocas. La Banda Salsa surgió en 1976, pero era una formación alternativa a un grupo de rock mítico, conocido como Columna de Fuego. Esta nació en Bogotá, pero una gira europea hizo que sus músicos se quedaran en Madrid. Su director era el bajista y guitarrista Jaime Rodríguez, quien se asoció con el guitarrista Eduardo Abarca, el percusionista Daniel Basanta, el baterista Miguel Jiménez, el trombonista puertorriqueño Raúl González, el saxofonista Cipriano Hincapié, y el cantante español Jesús Albéniz, Ellos grabaron en junio de 1976 un único álbum, Viva la Salsa, prensado por la CBS.

Y paralelos a este grupo y desde 1971 cantaban también en Madrid Elkin Javier y Nelson León Marín Vélez, dos hermanos bogotanos que formaron un dúo de canción y balada llamado Elkin & Nelson. Sin embargo, en 1974 descubrieron un mundo lleno de matices: por un lado el flamenco de Camarón, por otro el soul de James Brown, por otro el rock de Carlos Santana, y por otro la salsa de Cheo Feliciano. Elkin & Nelson asombraron con su planteamiento y también con su puesta en escena: se vestían como músicos de glam rock británico, pero cantaban salsa funk. Por supuesto, rompieron moldes, fueron pioneros del estilo visual de la movida madrileña y mantuvieron en los años 70 un parecido con la banda Barrabás, apadrinados por el productor Juan Pardo.

Por supuesto hay más historias, los años 90 con Yumitus, Ai Ai Ai o La Grande de Madrid están llenos de ellas; pero estas pertenecen a los pioneros de una sonoridad única que ha seguido adelante como se puede ver en este artículo:

En gran medida en esta playlist están varios de los pioneros de la salsa en España, aunque en algunos casos como Pedrito Díaz, estén al servicio de otras bandas. Mayito (con la canción que versionó Eddie Palmieri) y Ramoncito (haciendo cosas de Cortijo y su Combo) representan la emigración cubana, que fue fundamental para su desarrollo, mientras que La Banda Salsa y Elkin & Nelson son muestra de la emigración colombiana, también muy fuerte. Peret es clave en el enlace entre rumba y ritmos caribeños (esta vez con un tema que hicieran populares Tito Rodríguez y Héctor Lavoe), en tanto que Barrabas, a pesar de tener otro origen, saca aquí a relucir la parte funk del fenómeno salsero. Y también, por supuesto, están representadas dos ciudades muy influyentes: Barcelona con sonoras y orquestas, y Madrid con bandas de pequeño formato y conjuntos de son montuno.

Playlist

1. Mayito Fernández y su Charanga de Cuba - Lázaro
00:00:06
2. Peret - El sabio
00:04:26
3. Ramoncito y su Salsa - El bombón de Elena
00:06:56
4. Sonora Trinidad - La nueva Sonora (nuevo Barretto)
00:10:08
5. Pernil Latino - El pernil
00:13:45
6. Orquesta Platería - Una historia (en directo)
00:17:40
7. Gato Pérez - Pedro Navaja
00:22:59
8. La Sonora Catalana - Descarao
00:28:02
9. Salsa Gitana - Hey!
00:34:02
10. Tabaco - Tabaco negro
00:37:56
11. La Banda Salsa - Y ata a yoyo
00:42:31
12. Elkin & Nelson - A caballo
00:46:45
13. Barrabás - Wild Safari
00:52:52
14. Mirasol Colores - La rumba criminal
00:57:45
15. La Grande de Madrid - La puerta de Alcalá
01:02:39

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