El escenario es la cúspide de la emociones
Dueño de una prolífica carrera solista y requerido por grandes artistas, Alain Pérez es un referente de la música cubana. Hablamos con él y repasamos su vasto recorrido.
El son, la guaracha, la salsa, la timba, el pop, la música urbana y el flamenco. Enrique Morente, Paco de Lucía, Celia Cruz, Andrés Calamaro y Chucho Valdés. Géneros, estilos y nombres que se sucederán en la charla que Alain Pérez tuvo desde Madrid con Radio Gladys Palmera. Es que el multi instrumentista, cantante y compositor cubano está de regreso en España para presentarse junto a su orquesta el viernes 9 de junio en la Sala Apolo de Barcelona y en poco menos de una hora repasó su variopinta trayectoria, esa que lo ubica como uno de los grandes referentes de la música cubana en el mundo.
Nacido en Manaca Iznaga, un pueblo a 14 kilómetros de la colonial ciudad de Trinidad, a sus nueve años Alain comenzó a trabajar como músico profesional en el grupo Cielito Lindo dirigido por el saxofonista Enrique Pérez quien lo llevó a vivir a su hogar y se convirtió en una figura paterna tanto desde lo artístico como desde lo humano. Sin embargo, este hito inicial no podría haberse dado sin el apoyo de su propia familia, en especial de su padre, Gradelio Pérez, reconocido poeta y compositor de la vieja guardia cubana con quien Alain forma un tándem de trabajo hasta el día de hoy ya que le confía a él las letras de todas sus composiciones.
Mirándola en retrospectiva, la vida de este guajiro parece de película: compuso su primera melodía a los diez años, a los diecisiete el pianista Chucho Valdés lo vio en una actuación y quedó tan impresionado que lo invitó a formar parte de Irakere, mítico grupo de latin jazz cubano, donde también compartió momentos junto al ya fallecido percusionista Miguel Angá Díaz –de quien aprendí mucho y fue una inspiración para mí; tremenda persona y tamborero, con gran energía y enorme sonrisa recuerda Alain-. En 1998 llegó a España junto a la orquesta del cantante Isaac Delgado y al poco tiempo se radicó allí, editó su primer disco solista y cinco años después el ícono del flamenco Paco de Lucía lo invitó a formar parte de su grupo.
Christian Alliana: Si uno repasa tu historia no deja de sorprenderse de todo lo que hiciste en estos años y de los artistas tan diversos con los que has trabajado: Celia Cruz, Andrés Calamaro, Diego El Cigala, Ana Belén, Enrique Morente y Orishas, entre otros. ¿Qué crees que han visto todos ellos en ti para sumarte a sus proyectos?
Alain Pérez: Primero creo que vieron a una buena persona y después brillo, ilusión, muchas ganas, musicalidad y, muy importante, cubanía. Mucha cubanía siempre. Eso fue lo que vio Paco (de Lucía) por ejemplo pues cuando él me convocó yo no era el flamenco que soy ahora pero sí era músico cubano. El amor a tu identidad es lo que uno tiene que llevar a todas partes.
CA: ¿Y tú que has tomado de todos ellos para aplicar en tus proyectos personales?
AP: Todos ellos viven para la música, hay un compromiso profundo, un amor, un respeto. Es la verdad del escenario, de la persona, no hay posturitas: yo soy así, así me quieren y así seré. Y la humildad…eso es lo que le digo a todos: sé humilde, aterriza. Así todo es más sincero y más grande.
A lo largo de la charla Alain menciona varias veces la importancia de defender las raíces de cada uno y la conexión espiritual que conlleva el hacer música. Es que la música viene de otro mundo, viene de ancestros que han sembrado esta forma de sentir en nosotros y en el público. Esto es espiritual, de corazón, de matemático no resulta. Por ejemplo cuando yo toco con mi orquesta, lo más importante es lograr que los músicos se conecten conmigo. Hacer ese anillo entre nosotros y una vez que eso está, lanzarlo al público. Y quien haya presenciado un concierto suyo sabe que allí se produce una alquimia irrepetible: el escenario es la cúspide de todas las emociones -afirma el ex Irakere-, es el estado más sincero y de más gozo, es mi hábitat natural desde los nueve años. Yo no puedo ir allí a trabajar como un obrero que todos los días se busca el pan porque para mí buscarme el pan implica no sólo un esfuerzo físico sino que el escenario es un mundo espiritual completamente.
CA: En tus conciertos también mencionas que tienes la escuela de lo viejo y de lo nuevo. ¿Cómo se ve representado eso en tu música?
AP: Es una necesidad constante en mí la de seguir aprendiendo de nuestras raíces, de nuestro legado y de nuestro lenguaje que es infinito. La música cubana es súper amplia, es una isla pequeña pero con una profundidad y una amalgama de ritmos y estilos muy extensa. Estudio todo eso pero también soy un hombre actualizado con las tendencias, con lo que quiere la juventud y lo que está sonando a nuestro alrededor.
CA: La música cubana es muy bailable pero hoy, a nivel mainstream, lo que manda es el reggaetón y la música de Puerto Rico. ¿Cómo ves toda esta escena?
AP: Por un lado, los músicos jóvenes de Cuba están poniendo nuevamente en valor la música de raíz, pero, por el otro lado, la juventud de la calle está obviando esto lamentablemente. La masa que se lo come todo, que es la juventud que está detrás de los sonidos y artistas urbanos encuentran allí la música de la noche y de la fiesta; es música ligera, para bailar. Ya la salsa y la timba es como música acústica (risas). Pero la música cubana es la cuna de todo lo que sucedió después. Deberíamos estar mejor tratados en el mercado, ser más cotizados y valorarnos mejor, incluso entre nosotros mismos.
Con seis discos en solitario editados hasta el momento, en la coctelera musical de Alain Pérez entran desde el son, la timba y la guaracha hasta el latín jazz, el flamenco y el pop. Sin dudas, este artista no le teme a ningún tipo de música a la hora de expresar sus emociones y tampoco duda en asociarse a otros colegas para unir fuerzas en pos del ritmo. Prueba de ello son los discos A romper el coco (2019) junto al trompetista Alexander Abreu y el cantante Mayito Rivera -ex Los Van Van– y Cha cha chá: homenaje a lo tradicional (2021) con el cantante Isaac Delgado y la mítica Orquesta Aragón que le valió un premio Latin Grammy en la categoría de Mejor álbum tropical tradicional.
CA: Eres un gran defensor de la timba y en 2015 regresaste a vivir a Cuba. ¿Sientes que tu música no fue del todo comprendida en España?
AP: La música cubana en España gusta pero con el Buena Vista Social Club se creó un cliché de la música tradicional, una imagen como que los exponentes de la música cubana eran esa gente mayor. Ellos son mis ídolos, mis maestros, todo nace de ahí pero no nos vamos a quedar todo el tiempo tocando con un tres, un bongó y una marimbula. Eso está bonito y hay que protegerlo pero nuestra música tiene que evolucionar y ahí está la timba. Lo que pasa es que hay cosas de la timba que se escapan del lenguaje internacional, es una evolución que todavía no cuajó en el mercado pero con el tiempo el público la va aceptando cada vez más. Hay que saber dosificarla, tiene una energía más agresiva, más cargada armónicamente y encontrar el equilibrio es lo más difícil.
CA: En su momento Paco de Lucía también provocó una ruptura en el flamenco al incorporar el bajo eléctrico, la armónica, el saxo y el cajón y ahí estuviste tú también. Pero no fue el único del mundo flamenco que te abrió las puertas: Enrique Morente, El niño Josele, Israel Piraña Suárez, Diego El Cigala y Jerry González, entre otros, también te acogieron.
AP: Cuando llegué a España del flamenco me atrapó el sentimiento. Hoy en día la música para mí ya no tiene sentimiento, entretiene, pero entretenimiento sin sentimiento pasa de largo. En cambio el flamenco es alma, es sentir, es compromiso de vivir el momento, si no eres de verdad, en ese anillo espiritual te vas a quedar afuera. Por eso cuando regresé a vivir a Cuba me llevé el flamenco para aportarle a mi gente y cuando llegué allí para mis compatriotas mi música era nueva (risas).
Vestido impecablemente y con bastón en mano en homenaje a su adorado compatriota Benny Moré, Alain Pérez esperará nuevamente subir al escenario en Barcelona para continuar regando de cubanía al continente europeo y con el anhelo de buscar una conexión con el público joven porque sino vamos a perder bastante y no podemos darle la espalda a la juventud. Por eso yo seguiré haciendo mi música como siempre.
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